Armónica mezcla.


Ante mí, el arco musulmán,
retocado mil veces,
mil veces reparados sus yesos
y otras tantas, variado
en sus escudos,
en sus lacerías,
en su primitivo estado
y sin embargo,
sigue conservando la armonía
de tan dispares elementos...

Columnas romanas
procedentes de templos mistéricos
en que se daba culto
quizá a Minerva o Diana,
que aún conservan el suave roce
de las túnicas albas
de las vestales inmateriales
a ellas consagradas...

Y más tarde, yeserías
de las musulmanas copiadas,
con esquemáticas figuras,
que eludían la representación
animada...
Y todavía, a poco que lo intentes,
contemplando bajo su arco
el jardín de Hespérides
de sus naranjos, regados por canalillos
como en la época islámica,
alzas la vista y puedes ver
representaciones cristianas...

Y todo se une
y todo se amalgama
y queda
tan solo,
la belleza que quedaron
los que por allí pasaron,
dejando prendida, en la obra varia
una parte de su alma...

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2 comentarios:

Arwen Anne dijo...

Entra Jaclo en mi blog, quiero compartir contigo algo

besos

Jaclo dijo...

Ya ves que fui y me alegra saber te premiaron tu libro.
Saludos.