Armónica mezcla.


Ante mí, el arco musulmán,
retocado mil veces,
mil veces reparados sus yesos
y otras tantas, variado
en sus escudos,
en sus lacerías,
en su primitivo estado
y sin embargo,
sigue conservando la armonía
de tan dispares elementos...

Columnas romanas
procedentes de templos mistéricos
en que se daba culto
quizá a Minerva o Diana,
que aún conservan el suave roce
de las túnicas albas
de las vestales inmateriales
a ellas consagradas...

Y más tarde, yeserías
de las musulmanas copiadas,
con esquemáticas figuras,
que eludían la representación
animada...
Y todavía, a poco que lo intentes,
contemplando bajo su arco
el jardín de Hespérides
de sus naranjos, regados por canalillos
como en la época islámica,
alzas la vista y puedes ver
representaciones cristianas...

Y todo se une
y todo se amalgama
y queda
tan solo,
la belleza que quedaron
los que por allí pasaron,
dejando prendida, en la obra varia
una parte de su alma...

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Ante una copa de vino.


Sujeto, suavemente,
la peana de la copa
y admiro el color del vino
que me ofrece calidez;
aroma intenso por el que cruzan
pensamientos y sabores.

Sé que tu esencia no es mía,
que podré calificarte por añadas,
incluso imponerte nombres
que no guarden relación contigo
llamando blanco
al hermoso dorado de tu aspecto.

Solo a tí pertenece tu misterio
por el que tú, mosto, te oxidas,
te enmoheces, te transformas,
te ennobleces.

Y en la penumbra de una bodega sin horas
quedará tu secreto.
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(Publicado en "El Aljarafe y el vino"
Editorial Aconcagua)

Ilusión óptica.


A partir de un sencillo tubo, en cuyo interior se alojan varios espejos -habitualmente trés- colocados con su parte reflectante hacia el interior y con un ángulo de 60º, crean una imagen que puede observarse desde el extremo opuesto a la otra, en la que se colocan varios objetos que pueden moverse entre dos cristales planos o plásticos traslúcidos.
Al girar el tubo, los elementos móviles entre los dos cristales planos, forman una figura, que reflejada en los espejos, se multiplica simétricamente, pudiendo apreciarla como si fueran varias, en lugar de la real que es solo una.
Este sencillo aparato, denominado caleidoscopio, deriva su nombre del griego que aglutina palabras como: bello, imagen y observar. Fue inventado por el físico David Brewster en el año 1815 y ha pasado a ser uno de los juguetes más simples y vistosos que casi todos los niños, han contemplado con asombro desde hace muchos años. Nos enseña que no todo lo que se ve, es real.

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El viejo alminar.







En el viejo alminar árabe,
hace siglos que suenan las campanas.

Aunque parece que sea distinto
de la llamada del almuedano,
ambos sonidos, llaman a la oración.

Cuando desde la altura,
se aprecia la ciudad,
parece que los problemas cotidianos
se difuminan, se empequeñecen,
aminoran en importancia
y una llamada a la convivencia
parece instalarse en el corazón...

No importa que el idioma sea distinto.
La expresión suple los sonidos
diferentes.

Y estoy cierto,
en algún lugar ignorado
-pero real- aunque ignoto,
estará el convertidor universal
que haga posible entender a todos
aunque al hablar empleen palabras
desconocidas...

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Esbozo.


Entre dos torres contiguas,
de la muralla del Alcázar,
un naranjo añoso
sus ramas muestra.

Un suelo ajedrezado,
ahora medio en sombra,
teme que pasen las horas
y casi eche humo la tierra...

Por encima de un tejado vecino
tímidamente asoma
una palmera esbelta.

Más adelante, unos jazmines
insolentes,
sus ramas olorosas muestran.

Y en lo alto de una almena,
un gorrioncillo desconfiado
la calle otea...

En la muralla, indiferentes
al paso del tiempo,
-casi desde siempre-
están las mismas piedras...

Tan solo hay dos cosas
que con lo demás no concuerdan:
la farola para las noches
y la señal de tráfico, modernas...

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La torre del Oro.


Hoy, traigo a este blog, la torre de Oro de Sevilla. Es conocida internacionalmente por ser uno de los monumentos más notables de la ciudad. Actualmente es un importante museo naval, en el que se encuentran expuestos muy variados testimonios del empuje marítimo de España en varios siglos, entre ellos, algunos concernientes a la primera vuelta al mundo, completada con el regreso al puerto de Sevilla de la Nao Victoria, trás tres años de periplo por los mares de la Tierra.

Sin embargo, no escribo hoy sobre esto, sino sobre la torre en sí. Ésta, edificada en tiempo de los almohades, en los años 1220/1221, constituyendo "per se" una extraña construcción, empezando por su planta de base dodecagonal, que es en realidad el polígono que se forma con el mágico trés, multiplicado por el dós elevado al cuadrado y que es el intermedio entre el seis (base del doble tetragramón) y número perfecto al ser su unidad esencial, a su vez el trés, ya que 6+5+4+3+2+1= 21, cuyas cifras sumadas, nos dan 3 de nuevo.

Volviendo a la Torre, ésta en su interior tiene un nucleo exagonal. Siendo su altura hasta las almenas, 36 metros, (otra vez el trés mágico, multiplicado por 12, que es a su vez el trés por el dos al cuadrado). Los escalones desde el primer piso a las almenas, son 66. (De nuevo el tres y sus múltiplos)

Todo esto, puede considerarse numerología, pero si se se sitúa con una brújula, podría pensarse que esotericamente podría constituir una "torre de los vientos", como existían en antiguas civilizaciones, señalando con su situación una veleta fija.

Si nos ceñimos estrictamente a lo que vemos, podríamos decir que es una torre albarrana, por pertenecer a un conjunto defensivo que partiendo del Alcázar, se unía con la torre de la Plata y con la del Emir Abd-el-Aziz, (de planta exagonal).

Uno de los nombres que podría haber tenido en la antigüedad, podría haber sido Borg-al-Azahar y este nombre, valorado según la Cábala, tendría un número = 323, o lo que es lo mismo el 8, que curiosamente es 2 a la tercera potencia, es decir, al cubo. Una vez más, el trés de por medio y no se puede olvidar que el trés, está representado por la letra Ghimel, como primer desarrollo, al ser el primer polígono -el triángulo- que se puede formar con el menor número de lados y que el duodenario, está constituido por partes ternarias opuestas, que equilibran el conjunto, representado por cuatro ternarios o bien dos hexagramas.

Históricamente y después de varios destinos y restauraciones, la Torre como actualmente la contemplamos, tiene tres cuerpos, el primero de 1221, el segundo, reformado por Pedro I en el siglo XIV y el tercero cilíndrico del año 1760. Trás él y habiendo estado a punto de ser demolida para ampliar el paseo en el siglo XIX, la oposición de la ciudad, logró que este monumento se restaurara una vez más y hoy pueda seguir siendo contemplado.


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Entre las almenas.


Mi mirada se proyecta
entre dos almenas de la
vieja torre almohade.

Como tantos otros lo habrán hecho
en el transcurso de los siglos,
veo discurrir el río.

El "Gran Río", ahora pasa sumiso
y encauzado.

Años ha, se desbordaba
y la muralla de la ciudad servía
de parapeto para las aguas
en su crecida...

La mirada se fija en la distancia
y el pensamiento imagina
personas de las que sabe allí,
exactamente donde ahora estoy,
tuvieron un instante de su vida,
ocupando sabe quien en qué...

La vida sigue y el sol
sale a diario por el Este,
terminando en unas horas
por el Occidente y el río,
renovado en sus aguas
pero no en su curso,
continúa como en los siglos pasados
para que desde la vieja torre se
pueda pensar que al renovarse es nuevo...

Pero el río, saluda a la torre al pasar
quizá con el mismo agua evaporada,
breves días anteriores y que de nuevo
cursa, saludando a la torre conocida...

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Bello mascarón de proa.


Colocado con cariño,
entre trofeos, pendones y vitrinas.
Con la misma inclinación
que tuviera en la proa del
velero que lo llevara,
el bello mascarón de proa,
se admira en la vertical
pared del museo...

A veces, hecho a las mecidas
y también arrebatos de
la Mar Océano,
se siente perturbado,
pero luego, se sabe admirado
y se consuela en su forzada quietud...

Si él contara, la de sirenas
que ha visto...
la de delfines que se enamoraron
de su grácil figura,
la de tespestades en las que casi se hundía
y volvía a salir a flote,
la de peces de mil colores
que quedaron prendidos en la redecilla
del bauprés...

Pero él, también estaba enamorado
sin remedio...
Ahora que no la tiene,
recuerda con nostalgia
la blanca espuma que la quilla formaba
al hendir el agua salada
y que solía acariciarle,
para escaparse después
con un sonido que pervive
inolvidable en su memoria...

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Portada con Historia.



Esta bella portada, del templo sevillano de santa Catalina, actualmente cerrado y pendiente de unas importantes obras de conservación y restauración, no siempre ocupó ese lugar. Su fábrica, gótica-neomudejar, estaba situada en la iglesia de santa Lucía y como el resto de aquel conjunto, es del siglo XIV.
En el XIX, tras la desamortización, en 1868, pasó a manos de particulares que la adquirieron y gracias a la donación del sr. González Abreu -que se cita en la placa- tras una labor de restauración por el Arquitecto Juan de Talavera, fue colocada como entrada principal del templo de santa Catalina en la primera mitad del siglo XX.
Como curiosidades históricas del antiguo templo de santa Lucía, -actualmente desacralizado y dedicado a espacio cultural- pueden citarse; que allí fue bautizada Sor Ángela de la Cruz el día 2 de febrero de 1846, dada la proximidad de su humilde casa natal a la referida iglesia. También, que en ella se estableció de antiguo la Órden de Alcántara y que entre otras imágenes de mérito, existía una Inmaculada de Alonso Cano, que actualmente está en la Parroquia de san Julián.
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Nombres de calles.


Los nombres de las calles,
como las personas,
son hijos de su época.

Hay rótulos políticos,
coyunturales,
sonoros o de temporada,
pero hay otros, que sin ser inmutables
representan algo, más estable
que una opción política
o la circunstancia de una ocasión...

En la llamada antiguamente
calle de la Luna,
existe una vieja casa, que en mosaicos
ingenuos, dibuja las fases lunares...

Hoy, denominada de otra manera,
casi nadie aludiría al antiguo nombre
de la calle,
los verdiblancos azulejos
que decoran los balcones
de una casa...

Perdidos en el tiempo,
-como casi todo-
representan un salvavidas
para el olvido impuesto,
casi sin darse cuenta
por alguna generación...

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Lo ficticio...


Decrépita pared que un incompetente
arquitecto, cubrió con un
zócalo de mármol...

Al poco, las nuevas galas,
descubrieron la realidad
de su precaria existencia...

No sabiendo interpretar
su fatiga natural, expresada
con claridad en sus síntomas...

Y hoy, ante todos, muestra
que tras la bella vestimenta,
su antigua verticalidad se inclina...

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Plaza desconocida.


Afirmaría con total seguridad, que la bella plaza de la que hablo hoy, es desconocida para una mayoría de personas, aunque conozcan la ciudad de Sevilla. Y no me refiero a un visitante ocasional, sino a los centenares de miles de sevillanos, que en un porcentaje muy elevado, no han puesto los piés en esta plaza, porque desconocen su existencia. No seré yo quien desvele el secreto de su ubicación, pero sí, aportaré una pista para que trate de descubrirla quien esté interesado en ello, aunque le advierto que es bastante dificil, aunque está inmersa en un lugar de mucho paso turístico, pero sabe conservar su escondite, que por otra parte la preserva de una masiva visita, que le haría perder uno de sus mayores encantos: el sosiego que en ella se respira.

Prometí dar una pista y aquí está. Busque el intrigado lector -si es que lo está- la relación con su nombre y tal vez encuentre un interesante tema que se pierde en los siglos anteriores...

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Perdido en el tiempo...


He pasado una vez más
por delante del viejo retablo.
Su antigüedad me conmueve,
mas que por ella, por los millares
de seres humanos que lo habrán
mirado antes que yo...

Vidas ya idas,
unas triunfadoras,
otras, miserables,
las más, corrientes
y hoy, una vez más, yo.

Alojado en los gruesos muros
de la muralla del Alcázar
y protegido por viejos cristales
que el tiempo y el abandono
hicieron día a día poco transparentes.

Iluminado, por un viejo farol
que hace casi posible
la imposibilidad de tener su misma edad...

Pero, nó. Hoy en la mañana
casi brilla el cristal y los tallados
platerescos del retablo dorado...
Las imágenes, que han visto pasar
ante ellas a legiones de personas,
cada una con su hato de problemas,
de vivencias, de desamores,
de dolores, de injusticias soportadas,
siguen allí y a veces, cuando pasa un indiferente
hasta parece que le hablan;
independientemente de religiones:
de sosiego, de paz, de amor...

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Llamador.


¿Quién osaría llamar a la puerta
que lleva adosado este llamador?

Aspaventoso llamador
de dorados impolutos.

Pesadilla de quien lo limpia,
frotando hasta la extenuación...

Porque...¿Quién osaría dejar sin brillo
este llamador?

Los clavos de metal dorado
dibujan un rectángulo en tu derredor.

Encima de ser inútil para tu función,
resultas presumido, inútil llamador...

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Armonía.


En el bello patio "de las Doncellas",
de los Alcázares de Sevilla,
dentro del Palacio de Pedro I,
quedaba una vez más
admirado
ante tanta armonía.

Arcos lobulados,
yeserías,
pequeños naranjos en un suelo
mas bajo, junto a la
central acequia,
paz, sosiego, belleza indefinible
y la historia que se palpa
a cada instante en la mirada
perdida...

Paré mis ojos en una tallada
puerta
y su labrada madera,
pareció que reflejaba mi mirada,
contestando a mis preguntas mudas...

¡Si yo te contara!
parecía decirme...pero...
Una nueva invasión de "bárbaros"
se abatió sobre el precioso patio,
con sus pantalones cortos
y sus voces extemporáneas.

No llegaron a iniciarse las confidencias
y salí del entorno,
que a pesar de aquella ola
inculta, impresentable y voceadora
que había ocupado
-afortunadamente por breve tiempo-
el lugar encantado.

Otro día, volveré tranquilamente
y posiblemente la puerta me cuente
una ínfima parte de lo mucho
que ha visto desde que a sus goznes
la fijaron.

Es mi esperanza...

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Tres chorros de agua.


Al contemplar el antiguo pilar
renacentista,
en el que desde tiempo inmemorial
tres chorros de agua
han sido incapaces de desbordarlo,
pienso que el agua simplemente
por él, pasa
y a veces deja un sedimento
casi inmaterial, que el tiempo
hace visible y al acumularse,
dota a su pequeñez,
de una ínfima importancia...

Pero los tubos antiguos;
introducidos y alojados
en las piedras talladas,
con su registro anclado en el muro,
en resumen, la fuente y sus
tres chorros de agua,
esos tres chorros pequeños,
que desde siglos son incapaces
de desbordar la pileta de piedra
que hace de depósito,
permanecen indiferentes
a que el agua sea natural
como desde siempre,
o que lleve hipoclorito
para hacerla potable,
según las actuales usanzas...

Y la mayoría de los que pasan,
admiran la sencilla belleza
del pilar,
indiferentes a otra cosa que no sea
saber si "se puede" beber el agua...

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Vendedor de ilusiones.


Al contemplar un puesto callejero
de remedios curativos y especias,
siempre mi mirada trasciende
de los montones simétricos,
coloreados en tonalidades distintas
y rotulados con nombres evocadores...

La magia de los productos,
es mucho mayor de lo entrevisto.

Proliferan las personas que al hilo
de una conversación pausada,
siempre interesante
sobre las cualidades de cada uno,
pasean su mirada evocadora
por los elementos allí expuestos...

Y cuando el vendedor de ilusiones,
recibe en su tenderete a un iluminado -como él-
le habla de rutas portuguesas medievales,
seguidas en mares casi desconocidos
para traer las soñadas especias o los remedios
casi incomprensibles...

Entonces, los prodigios imaginados
se quedan cortos antes los principios
reales o presumidos
de los distintos triturados
con nombres sonoros...

Y ese día, al vendedor de prodigios
le es indiferente si ha vendido o nó
las cantidades necesarias para seguir viviendo,
porque ha encontrado a otro ser humano
que enamorado de la alquimia -como él-
le habla en su mismo idioma...

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365 Giraldas.



En una bellísima plaza sevillana. Concretamente la de doña Elvira, muy cerca de la antigua calle de la Pimienta, hoy dedicada a don José Sebastián y Bandarán y también a la que lleva el nombre de la bella judía Susona, puede verse la placa que reproduzco más arriba.
Indica en castellano, árabe y hebreo, que allí tuvo su estudio un artista prendado de la Giralda. El genial Amalio García del Moral, granadino de nacimiento, prendado de la Giralda a la que llegó a representar con variadas técnicas y en muy diversas formas. Hablar de la trayectoria de este Catedrático de las Facultades de Bellas Artes de Madrid y Sevilla, a más de pintor-escultor-poeta, es dificil en unas escuetas lineas. Su obra abarca numerosos trabajos en diferentes estilos, según la etapa de su vida. Centrándonos en la Giralda, para él, siempre fue motivo de atención. Fallecido en 1995, al poco tiempo, en el lugar que ocupaba su Estudio, se estableció la Fundación que lleva su nombre, donde pueden admirarse diferentes exposiciones, así como las 365 representaciones que hizo con diferentes técnicas y formatos, de la Giralda. También están presentes sus libros de poemas -cinco en total- de los que el titulado Alquibla, quizá sea el más conocido. De éste, reproduzco dos versos: "...Por las ocultas huellas junto al paisaje inmóvil, / más allá de silentes casidas siderales."
Es impresionante, admirar las muy diversas formas que a este artista le inspiró la Giralda para representarla.
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Ajedrez.


De este juego, se han escrito millares de libros y tratados. Las posibles combinaciones de sus piezas, una vez iniciado el juego, podría afirmarse que son infinitas o para no ser tan definitivo, incontables. Pero...¿qué es en realidad el Ajedrez?
Podremos aproximarnos a lo que es aparentemente, pero para cada uno, representa una realidad distinta, porque quizá en él, nos mostramos como somos sin simulación alguna. En una jugada concreta, manifestamos nuestra realidad más profunda. El que es magnánimo por naturaleza, al mover las piezas, se mostrará así. El mezquino, no desaprovechará ocasión alguna para tratar de aventajar a su contrincante y el iluso, se forjará castillos en el aire con una rapidez inusitada. Posiblemente con la misma rapidez en que aquellos se derrumben...El prudente, no arriesgará sin haber pensado detenidamente un suficiente número de posibles jugadas y el arriesgado, se embarcará en la que cree aliada diosa Fortuna...Todos sin excepción, dejamos entrever ante el tablero nuestra intimidad más preciada.
Desde que en la antigüedad en India o más posiblemente en Persia, se jugara a un inicial y parecido juego en el que se representa la Corte Real, en la que los distintos estamentos rodean al Rey y la Reina, ha pasado por distintas modificaciones, no solo de movimientos, sino de piezas, sustituyendo los iniciales elefantes, por caballos, habituales en Europa y a los Visires por Obispos o Álfiles, siendo los Roques, actualmente Torres. A los peones, como el vulgo, solo les toca aguantar sin mirar para atrás, pero si logran llegar al otro extremo del tablero, pueden convertirse en piezas de mayor importancia. Como en cualquier combate, en el que siendo capaces de supervivir a costa de su esfuerzo, se logra una condecoración.
Tras la introducción en la Edad Media en Occidente -concretamente en Al Ándalus- por los árabes, su expansión fue vertiginosa entre los cristianos, como un juego de caballeros y hasta el propio rey Alfonso X "el Sabio", tiene un tratado importantísimo sobre este juego.
En la actualidad, hay numerosos campeonatos a nivel mundial, cuyos participantes gozan de merecida fama de intelectuales. Quizá sea el único juego en el que quien es vencido, sabe por qué lo ha sido. Hay infinidad de inicios conocidos, así como respuestas también estudiadas y terminaciones o "Mates" que invariablemente suceden a determinados movimientos. Una numeración internacional de cada casilla mediante número y letra, así como la inicial de cada pieza y su proximidad a otra, hacen posible jugar a distancia entre dos participantes. Existen numerosos programas para ordenador, que permiten jugar con diferentes grados de dificultad, contra la máquina, aunque logicamente, es mucho más gratificante participar con otra persona. Personalmente creo que es mucho más facil el entendimiento entre dos personas que jueguen al ajedrez que entre otras que no lo practiquen. También, que es un excelente complemento en la formación intelectual de un niño (a).
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Rincones de Sevilla.


En la vieja fachada,
escapada de la Edad Media,
restaurada, hay dos huecos
llenados de antiguo
con dos cruces de madera.

Años ha,
en el siglo diecinueve,
se quitaron y guardaron
en la proximidad de
"los Venerables"

Mediado el siglo veinte,
el propietario de la casa
investigó y logró traer
de nuevo -cuidando y restaurando
con esmero-
las viejas cruces a su lugar primitivo...

Hoy, se admiran de nuevo,
las viejas cruces de madera secular,
restauradas y dando nombre
a la calle donde siempre
estuvieron...

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