Bello mascarón de proa.


Colocado con cariño,
entre trofeos, pendones y vitrinas.
Con la misma inclinación
que tuviera en la proa del
velero que lo llevara,
el bello mascarón de proa,
se admira en la vertical
pared del museo...

A veces, hecho a las mecidas
y también arrebatos de
la Mar Océano,
se siente perturbado,
pero luego, se sabe admirado
y se consuela en su forzada quietud...

Si él contara, la de sirenas
que ha visto...
la de delfines que se enamoraron
de su grácil figura,
la de tespestades en las que casi se hundía
y volvía a salir a flote,
la de peces de mil colores
que quedaron prendidos en la redecilla
del bauprés...

Pero él, también estaba enamorado
sin remedio...
Ahora que no la tiene,
recuerda con nostalgia
la blanca espuma que la quilla formaba
al hendir el agua salada
y que solía acariciarle,
para escaparse después
con un sonido que pervive
inolvidable en su memoria...

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2 comentarios:

Sonia Schmorantz dijo...

É mesmo uma bela máscara de proa!
Tenhas um ótimo final de semana
abraço

Jaclo dijo...

Sonía: Tú, que estás tan relacionada con el mar, aprecias el bello mascarón de proa...
Saludos