Run, run, run

Run, run, run,
sonaba acompasado el motor,
transformando el movimiento
rectilineo de sus émbolos,
en giros raudos
de su transmisión...

Run, run, run.
La melodía
de armónicos ruidos
llegaba a los oidos,
monótona,
repetitiva,
martilleante
y sin embargo,
era la prueba indicadora
de un buen ajuste,
determinadora
de una perfecta compresión...

Run, run, run.
Sentía mis ojos cerrarse,
tranquilo,
sin una nota discordante,
sin un solo sobresalto,
y era tan grande la paz,
que arrimándome al arcén
me detuve un poco
para evitar la ensoñación...

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Otoño.

¿Habéis oido cómo crujen
en otoño,
las hojas caídas en el suelo,
al pisarlas?

Parece que son lamentos,
como si aún tuvieran vida
y no hubieran
muerto del todo.

A veces,
la gran alfombra de hojas,
cubre los senderos
y los arriates
y hasta la tierra
en la que se asientan
otros árboles
de hojas no caducas...

Y estos árboles
a los que no se les caen las hojas,
en vez de presumir,
se compadecen,
pero impotentes,
ven cada día,
como la desnudez
de sus compañeros
aumenta y aumenta
hasta que llega el invierno.

Y observamos la paradoja
de que los mas desnudos,
suelen resistir mejor
los fríos.
Y en ocasiones, un bello naranjo
con la totalidad de sus hojas verdes
vistiendo sus numerosas ramas,
se hiela
y no llega a conocer la primavera...

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Aceptación.

Acepto, que no gusten
a todos mis poemas.

Comprendo
que con lo allí escrito,
expreso mis ideas
-y por ello-
que éstas, tendrán mil formas
de quedar plasmadas;
distintas
o de otra manera.

Yo mismo,
cuando los reviso
a lo largo del tiempo,
siempre encuentro algo,
que cambio o varío
y a lo peor
en vez de mejorar,
se estropean...

Pero, ellos son míos
y con mayor
-o sin ninguna- destreza,
al emplear mis palabras,
trato de decir siempre
lo que yo pienso
en ese momento,
de la mejor manera que se,
sobre ese tema...

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Acerca del Arco Iris.

De todos es conocido el Arco Iris. En ocasiones, lo hemos visto incluso doble, es decir un arco con los colores muy dibujados y otro a cierta distancia de éste, paralelo al primero, en que los distintos tonos están como difuminados, pero ¿cuantos han observado que la disposición de los colores en cada uno de ellos no es igual, apareciendo como si uno fuera el inverso del otro? Podría interpretarse como una imagen real, reflejada en un espejo. ¿Por qué es esto así? Sencillamente por el ángulo en que la luz se refracta en las gotas de agua de la atmósfera.
Normalmente, se llama "arco", porque en efecto es un arco de circunferencias paralelas, pero si se observa desde una cierta altura, se vería no un arco, sino la totalidad de la circunferencia. Personalmente, no he tenido oportunidad de observar este bonito fenómeno atmosférico, pero un conocido, piloto de profesión, me ha referido que en varias ocasiones lo ha podido contemplar. Agrega que es una visión extraña dentro de su belleza, sobre todo la primera vez que se ve.
Quizá este "Arco Iris Circular Completo" -o como se llame- nos haga reflexionar, que la visión habitual que tenemos de todo, es parcial casi siempre y por más que nos queramos autoconvencer que nuestra apreciación es la verdadera, pueden existir -y de hecho los hay- puntos de vista diferentes, que quizá basados en circunstancias que desconocemos total o parcialmente, pueden variar la "realidad" -nuestra realidad- por la que solemos porfiar excesivamente, creyendo que es la única válida y correcta.

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El Doncel de Sigüenza.



Con este nombre, ha pasado a la Historia, don Martín Vázquez de Arce, que a sus veintipocos años, murió luchando por sus ideales en la Guerra de Granada, bisagra de la Edad Moderna. No conoció la toma de Granada ni tampoco la llegada de Colón a América. Eran los calurosos días del mes de julio del año de 1486 y en una de las habituales escaramuzas en que castellanos y musulmanes se enfrentaban, cayó muerto en las cercanías de la llamada Acequia Gorda en la Vega de Granada. En principio, fué enterrado allí hasta que en 1492, su padre -también combatiente dentro de las tropas del Duque del Infantado- lo trasladó a una capilla de la Catedral de Sigüenza, donde se le construyó un sepulcro de gran belleza, del que se desconoce el autor.
Su armadura, presenta sobre el claro alabastro, a la altura del pecho la roja Cruz de Santiago de la que era Caballero, así como el detalle extraño para la estatua funeraria de un guerrero, de tener un libro en la mano. Su mirada perdida habla de fé en un después.
No sabemos qué nos maravilla más, si su vida joven llena de ideales o la belleza serena que supera a la extraordinaria y romántica magnificencia de su panteón, que como él, también es transición entre las épocas del gótico y el plateresco. Los sepulcros de sus padres, le acompañan en la capilla, pero la sensación es que él, los está vigilando. La vida de don Martín Vázquez de Arce, fué breve en el tiempo, pero los siglos fueron pasando y mucho después de haber muerto, lo seguimos recordando.
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Torre entrevista


Torre entrevista
entre las ramas
de los frondosos árboles
que acompañan hoy
a la vieja cerca islámica...
¿Cuantos te habrán
mirado
desde que fraguó
tu fábrica?

¿Cuantos se asomarían
a esas almenas,
con pavor,
inquietud
o dispuestos a defender
del invasor
su tierra amenazada?

En los amaneceres,
cuando apenas el sol
inicia claridades,
los mirlos se encaraman
en la atalaya
y las palomas zurean
en la torre solitaria.

Y yo, cuando paseo,
por donde estás anclada,
a veces paso mi mano
por tu rugosidad
con desconchones
de siglos
y te acaricio.

Sé que un día,
me contarás bellas historias,
cuando tengamos confianza...
Y mientras tanto,
te veo tan bella
que al pasar junto a tí,
bajito,
para que solo tú
las oigas,
te hablo algunas palabras...

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Me dijiste un día...

-¿Cómo sabré
desde tan lejos,
si te marchaste?
¿cómo te enterarás,
si fuera yo,
la que no estará ya?

-No te preocupes,
aún no sé cómo,
pero de alguna manera,
lo sabremos ambos.

-Sin entenderlo del todo,
una tranquilidad
extraña,
incomprensible,
rayana en la fe ciega
inunda mi ser
y en silencio,
a solas con mis pensamientos,
me llega la paz...

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Aviones de papel.

¿Hiciste por ventura
de pequeño,
aviones de papel?

Yo, construí muchos
y descubrí
que calibrando el peso
y siendo el fuselaje
largo pero estrecho
y plegando los timones
con cierta inclinación,
planeaban
creándote ilusiones
casi de un vuelo
y hasta tomaban tierra
suavemente,
prestos a surcar
de nuevo el aire,
ante un mínimo
e infantil impulso...

Más tarde,
los hice de madera,
pero la elegancia
y la suave trayectoria
de aquellos en su vuelo,
nunca serían comparables...

Quizá sin saberlo,
estábamos descubriendo
que era admirable la sencillez...

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Página en blanco

Nunca sentí pavor
ante la página
en blanco,
porque antes o después,
sabía que la acabaría
llenando de trazos;
más o menos inconexos,
mas o menos hilvanados,
pero haciendo huir
el fantasma
del vacío.

Estas últimas semanas,
me sentía mudo,
ciego,
perdido entre la niebla.
Con la mente en blanco
y aprendí,
que cuando las ideas
no llegan,
no hay que desesperarse.
Sencillamente:
Son unas vacaciones
de las que venir
descansado...

Esperemos que las ideas lleguen
después,
para poder culpar
de la falta de ellas
al cansancio...

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