Mágicos guarismos.

Sin vosotros, sería imposible
la medida.

Nos permitimos clasificaros
y os ponemos los más insólitos nombres:
Naturales, negativos, imaginarios, reales,
fraccionarios, exponenciales,
múltiplos, radicales, pares...
¡Si hasta os llamamos primos!

Hasta os bautizamos
como se llama, alguna
de vuestras competidoras la letras,
-que tratan sin conseguirlo
de desplazaros-
Como el Pí o incluso el Épsilon.

Las mismas Equis, Y, o Zeta
de las ecuaciones,
parten como hipótesis
tratando de llegar a ser uno de vosotros,
en la solución,
aunque amigablemente
con vosotros al principio
se mezclan...

Sin rubor os manipulamos
y continuamente
como si entrárais en quirófanos
se os interviene y con vosotros
se opera
y sin consideración alguna,
partimos a veces vuestra intimidad
con una coma, sin anestesia.

Por el contrario,
el punto, os complementa.

Os aprisionamos entre paréntesis,
corchetes, matrices,
y multitud de símbolos diversos,
que influyen en vuestra independencia...

Sois gregarios por naturaleza
y hasta el menor de vosotros,
tiene infinitos menores,
situados a su izquierda.

Quedo para el final,
vuestro exponente más importante:
el número de Oro,
(Fí por Fidias),
considerado desde antiguo
por Arquitectos y Geómetras,
la solución matemática a la Belleza,
que haciendo presente
sus mágicas proporciones,
en puentes o catedrales,
solo se nota cuando no se encuentra...

Sois únicos, por más que se os represente
de diferentes maneras.
Sólo se me ocurre ahora,
agradeceros
vuestra utilidad extrema...

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Vibraciones.

Aldehído, formol,
paraguas...
Ínclitos, tórridos,
parábola.

Sonidos de sílabas
agrupadas...

Agrandadas por los acentos.
Empequeñecidas
por la distancia.

A veces,
sin pronunciarlas en lustros.

Otras, repetidas por moda
hasta la nausea...

Pero siempre y
en todos los casos,
nos traerá una imagen
el mágico conjuro
de cualquier
palabra...

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Cada amanecer

Cada amanecer
la vida parece que comienza.
Simplemente
es una nueva etapa.
Nuevos proyectos
que en unas horas,
pasarán a ser reales
o a no llegar a nada.

Cada amanecer
nos trae una hoja blanca,
que pasando las horas
se irá llenando de letras,
escribiendo la crónica
-con escritura automática-
que nos dicta el alma

Cada amanecer,
nos hace creer
que los viejos sueños,
son nuevos
y se harán certeza.

El amanecer
no ve nunca,
que algunos días aciagos
con el sol en el ocaso,
la crónica no diga nada...

Por eso...
Cada amanecer
nos trae; sin desmayo,
día tras día,
sin preguntar por el ayer:
una esperanza renovada...

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Preguntas

-¿Por qué me preguntas?
-Porque querría saber.
-¿Qué más te da?
-Si me diera igual,
no te preguntaría.
-Sabes que...
no me gusta contestar.
-¿Y entonces?
-No me preguntes,
ámame sin más...

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