Vanitas, vanitatis.


Anoche, comenzó la Feria de Sevilla. Este fenómeno anual, es una complejísima trama de tradición, momentos, recuerdos, disfrute, presunción, alegre desenfado y belleza, dificil de encasillar y mucho menos de entender. Simplemente, cada persona lo vive desde su ámbito y sus circunstancias personales, así como su peripecia estacional.
A lo largo de una vida, hay Ferias, que se unen a episodios tristes en una familia, otras son en cambio el paradigma de una alegría existencial y en conjunto, es una fiesta tan específica, que cualquiera que pase por ella y trate de definirla, posiblemente no acierte.
El indígena, la ve de una manera. El foráneo, de otra. Por una parte, puede parecer hermética. Según qué cirunstancias aparecerá para otros acogedora. Es simplemente diferente para cada uno y su circunstancia particular.
Externamente: luz, colorido, belleza, miles de personas ataviadas de una manera regionalista y otros tantos caballos que circulan horas y horas por las calles del denominado Real de la Feria. Coches con sus tiros enjaezados de muy diferentes maneras y de porte diverso, moda, diseño, riqueza y miseria, colorido y ruido. Millares de luces y mas de un millar de casetas, levantadas para una semana, en las que pueden encontrarse desde antigüedades hasta pastiches sin el menor arte. Un conjunto digno de admiración y colosalismo, que desborda la imaginación y que deja en el visitante, la admiración de lo efímero y la vanidad sin paliativos.
Sin embargo, la Feria de Sevilla, es única y si la ocasión lo permite, al escuchar la letra de alguna sevillana, antigua o moderna, de "el Pali", los Romeros de la Puebla, María del Monte, Pareja Obregón o cualquiera de tantos otros, la piel se te eriza porque el sentimiento te inunda...
__________________

El instante preciso.


En la parte superior de la fachada principal del Ayuntamiento de Granada, se muestra la escultura de Guillermo Pérez Villalta, en la que un jinete con una venda en la cabeza que le tapa los ojos, lleva en la mano izquierda las bridas del caballo que monta sin silla, mientras en la derecha sujeta una bola dorada igual a otras que el autor coloca bajo los cascos del caballo. La cola es muy poderosa. Cada vez que miro la estatua, trato de descubrir un sentido al nombre con que el autor la tituló: "el instante preciso". Posiblemente sin relación alguna con la obra, muy próximo y más abajo en la misma fachada, se encuentra una clara y de buen tamaño esfera del reloj municipal, que además de hacer sonar las horas y marcarlas con sus agujas, logicamente, señala a lo largo del día y la noche, numerosos instantes que serán para unos, más precisos que para otros.


______________

Copa de árbol.


Copa de árbol anárquica.
Te imagino como un algo
torturado.

Quizá dejado sin cuido
en sus primeros años,
mostrándote ahora,
con el imposible sentido
de tus ramas
gruesas,
añosas,
desordenadas,
proyectadas sin metas definidas,
que hablan aunque estén mudas
a quien las contempla,
del abandono en el que creciste
sólo,
sin que nadie te ayudara
y aunque ello ya fue bastante,
irremediablemente,
después de admirar tu fortaleza,
pensará también,
que tu contemplación
no contribuye en absoluto a relajarse
y lamentablemente es lastimosa...

_________________

Pensamientos.


En la gruesa muralla,
hierros de una fuerte cancela
se alojan
y a través de los barrotes,
pintadas
de "graffiteros" te acosan,
abrumando el pensamiento,
imponiendo -como bárbaros que asolan-
su "cultura" dibujada en la cal blanca
sin necesidad de que traduzcan
la imposición del porque yo lo quiero
presente a tu mirada...

_______________

Farolas de claridad.


Farolas que no iluminan
por la claridad del sol.

Farolas que sí iluminan
en cuanto se marcha el sol.

Si el sol se quedara siempre,
no tendríais resplandor.

Que cuando ilumina el sol,
no solo no iluminais,
sino que dais sombra vos...

Que pronto venga la noche
para poder ver la luz vuestra,
que no amo vuestra sombra...no...

_______________

Banco de parque.


Tu conjunto acogedor
podría concretarse
en siete piezas
de hierro fundido,
con formas predeterminadas,
que unidas después
mediante veinte tornillos,
llegas a ser un resultado
estético,
que alineado junto a otros
que te copian,
ofreceis descanso
sin discriminación alguna,
lo mismo al mendigo cabizbajo,
que al fatigado caminante,
o al pensativo sin horas medidas
ni apresuradas,
siendo también, testigo mudo,
a veces,
de bellas palabras de amor...

La lluvia, en ocasiones
discurre sobre tí,
abrillantando tus sobrios colores
y el sol, posteriormente,
al evaporar con su calor el agua,
irisará tu pintura,
mostrando, más si cabe
la sencilla belleza
de tu férrea solidez...

______________

¿Ausencia de pensamientos?

¿Qué piensas cuando no piensas?
Cuando la cabeza parece estar vacía
de pensamientos,
no es que lo esté.
Solamente lo parece,
y en descanso aparente,
sigue presta al primer impulso.

Es tal como cuando conduces
pareciendo que no atiendes,
porque vas pensando
además,
en otras cosas...

Y pasan los kilómetros
y de pronto, saltan los reflejos
sabiendo frenar de pronto,
o girar el volante
imprevistamente...

Porque, sí ibas atendiendo,
simplemente,
el arco estaba tenso,
pero parecía
-tan solo parecía-
que no existía el esfuerzo
y sin embargo,
en posición de espera
la flecha estaba dispuesta
para acertar en la diana...

____________________

En ocasiones.

En ocasiones,
te sientes navegar
entre dos niveles;
que ni son la cantarina superficie
de olas y espuma blanca,
ni tocas el fondo arenoso,
que se agita trémulo
revolviendo el agua,
al impulso de otro ser
que no has visto,
y que ante la presencia inusual
en sus dominios,
huye ante la invasión
que parte su rutina diaria...

Quizá estoy en el nivel
intermedio,
en el que no llega el calor del sol,
pero si algo de su luz
y que ausente de aire,
inicia una rápida salida
a la superficie,
para tomar ansioso,
una bocanada de oxígeno
vivificante...

________________

Como habitualmente...

Paseaba sin prisas, disfrutando
de cuanto veía,
como habitualmente.

Mis pensamientos eran míos,
pero aunque lo fueran
se referían
-como habitualmente-
a otras personas;
a otros lugares,
a otros momentos,
a cuanto ante mí pasaba,
como habitualmente.

La tarde caía
y el sol, tardaría poco
en dejarnos,
como habitualmente.

Y de nuevo mis pensamientos
seguían siendo míos;
en silencio, con la boca cerrada
y los ojos abiertos,
paseando sin prisas,
mirándolo todo,
como habitualmente...

________________

Diálogo breve.

-Un sí. ¿Puede ser un ?
-Nunca
-¿Por qué?
-Porque nó.
-Y un . ¿Puede ser un ?
-A veces.
-¿Por qué?
-Porque sí
-¡Ah...!

_______________

Cuásar.

El nombre de Cuásar o Quásar, viene a significar "casi estrellas". Es el apelativo con que el científico Hong Ye Chin nombró en el año 1964 a unos especiales puntos luminosos del espacio, que hasta poco antes, se habían contemplado con los telescopios habituales y que a raiz de la exploración con radiotelescopios, se habían asociado a emisiones muy intensas y de diversa índole de energía electromagnética, como rayos Gamma, X, Ultravioletas, luz que es visible, Infrarojos y emisiones distintas en radiofrecuencia. Presentan un parecido a las Galaxias, por lo que se piensa, éstas, quizá sean Quásares que han extinguido los gases que producían los distintos fenómenos detectados.
El primero que se detectó, es decir en el que se asoció energía radiante con luminosidad, lo fué por el Astrónomo Marten Schmidt en el año 1963, en el observatorio de Monte Palomar.
Están a distancias dificilmente comprensibles por la mente humana, como millones de años luz, por lo que la detección que actualmente se hace de ellos, no es la actual, sino la que tenían en la fecha que la emitieron mucho tiempo antes. Presentan mutaciones y variaciones de color muy rápidas, con cambios muy notables en su apariencia y radiaciones. En el año 1962, se hizo un Catálogo de estos elementos en Cambridge y como era el tercero que de ellos se hacia, se llamó "el Tercero de Cambridge". De ahí, que se suelan identificar con un número, precedido de el número 3 y la letra C.
Einstein, en su Teoría de la Relatividad, supuso algunas cuestiones que el tiempo hizo palpables, como "la curvatura de la trayectoria de la luz" y la creación por ello de una "lente gravitacional". En el tema de los Quásares, esta lente gravitacional, crea distorsiones de imágenes (similares a los espejismos de los desiertos), en algunos de ellos. A veces, las duplicidades de los cuerpos detectados, no son mas que repeticiones de otro que está en distinta posición, pero lo más intrigante de todo, es que la imagen de uno se proyecta en otra en tiempo diferente, incluso meses después, pareciendo que son dos cuerpos, siendo el mismo, en distintas épocas. Esto se ha demostrado en el observatorio Liverpool de la isla de la Palma, concretamente con el Quásar 957-561, que presenta un defase de más de un año entre una imagen, que podemos llamar primitiva y que se reproducirá en otra imagen que parecerá de otro pero que es del mismo, poco más de un año después.
Parece ser que el más brillante -logicamente todo es relativo, porque influirá su distancia- es el denominado 3C-273 situado en la Constelación de Virgo. Verdaderamente, es asombroso no sólo poder pensar en elementos que pueden llegar a estar de nosotros a una distancia de varios miles de millones de años luz, sino disponer de aparatos que los detecten y que determinadas personas, alcancen un desarrollo intelectual que les permita intuir leyes físicas, que el tiempo demuestra son reales.
_______________

Cuando el juglar se va.

Nos aferramos al recuerdo
de sus canciones
y revivimos la voz rota
en su melancolía, porque él,
para siempre, eternamente joven
-como nosotros no somos ya-
recordará la juventud nuestra
que ya no está...

Adiós, Mari Trini.
Cuando un juglar se vá,
se marcha, tal que dijera el poeta:
"ligero de equipaje
como los hombres de la mar",
porque queda aquí su esencia
y al repasar la letra de sus cantares,
con la melancolía de los tiempos idos,
en la belleza acrecentada de los recuerdos
de nuevo vivirá...

_______________

Una vez más.


Te vi y volví a mirarte.
Seguías allí,
enhiesta y bien basada.
Tus raices en la Tierra,
asentada.
Y otra vez, mirándote,
admiré tus proporciones
y te situé,
para no dejarte sola,
entre un naranjo
que exhalaba su perfume
y la estética
en hierro fundido
de una farola...
_____________


Semana Santa en Sevilla. II y último.

Como escribí en la anterior entrada, la Semana Santa en Sevilla, es enormemente compleja, no sólo por su magnificencia, sino por la cantidad de elementos a tener en cuenta para hacerse una somera idea de lo que es. En el anterior escrito, mostraba una de las imágenes más conocidas a nivel mundial y además, indicaba se le atribuía su escultura a Luisa Roldán. Hoy voy a tratar de hilvanar unas ideas sobre la peripecia humana de esta imaginera, como otra forma de atisbar algo más, detrás de la Semana Santa.
Luisa Roldán, nace en Sevilla en 1652. Es hija del extraordinario Pedro Roldán por lo que desde pequeña está acostumbrada a ver arte en su casa. A la vista de sus actitudes para la escultura, su padre la va incorporando a los trabajos del taller y junto a otras hermanas y demás miembros de la familia, realizan numerosos encargos, alcanzando enorme fama en su tiempo. En aquella época, la mujer es raro que realice tareas fuera de las habituales domésticas y mucho más que sepa leer y tenga cultura, como es el caso de Luisa Roldán. Por supuesto no piensa siquiera en firmar sus obras, de las que hay muchas en diversos lugares, pero muy pocas firmadas por ella. Pasa el tiempo y a pesar de la oposición del padre, se casa con el también escultor Luis Antonio de los Arcos. Se independizan y a pesar de sus muchos encargos, malviven pues se retrasan en hacerles los abonos por sus trabajos y además, tienen muchos hijos. Llegan a tener ocho, de los cuales, mueren en la infancia seis de ellos.
Marcha con su marido y los dos hijos que les quedan vivos, a Cádiz, ciudad en la que les encargan varias obras siendo en Puerto Real, el lugar donde se encuentra la única imagen de la Virgen firmada por ella. Tras un tiempo de penurias económicas, solicita ser escultora de la Corte, lo que logra en tiempos de Carlos II. Ya en Madrid, trabaja intensamente, aunque sigue con estrecheces económicas. A la muerte de Carlos II, consigue que el nuevo rey Felipe V la siga considerando escultora de cámara, pero a pesar de esto y de los numerosos encargos en los que ha trabajado, muere en Madrid en 1706 en la pobreza más absoluta. Tiene 48 años y ha luchado toda su vida para supervivir a pesar de haberle reconocido su excepcional valía como imaginera.
Hay una anecdota que se refiere a una de sus obras en las que se representa al Arcángel san Miguel pisando y venciendo al diablo. De esta obra, se ha dicho que la cara del Arcángel es la suya y la del vencido demonio, la de su esposo. Creo que está actualmente en el Escorial.
De todos los creadores imagineros; Roldán, Juan de Mesa, Ocampo, Martínez Montañés, y un largo etcétera, se podrían contar muchas cosas relativas a sus vidas, pero para mí, cuando veo al ángel de Montesión, o los de la Exaltación, o a la Virgen de Regla, o a la Esperanza Macarena de Sevilla, no puedo dejar de pensar de donde sacaba fuerzas aquella increible artista, para superando sus problemas personales, presentar la belleza que muestran sus obras desde hace más de tres siglos...Porque pienso que además de ser una inspirada escultora, sólo un privilegiado ser humano, sabe mostrar esperanza cuando se vive sumergido en un pozo en el que le ahogan la penuria económica y la tristeza. Y Luisa Rodán, "la Roldana", supo crecerse de sus dificultades y tallar con una delicadeza y armonía insuperables, para mostrarnos una belleza a la que no llegaban los problemas cotidianos.
________________

Semana Santa en Sevilla. I

Bellísima imágen de "la Macarena" atribuida a la Roldana


Voy a tratar de escribir algunas ideas sobre la Semana Santa de Sevilla, obviamente para quien sea de fuera de la ciudad. Para un sevillano no sería lógico, porque esta manifestación tan compleja, es un conjunto de sentimientos, recuerdos y vivencias especiales, diferente para cada persona, al margen de su mayor o menor Fé.

En Sevilla, es dificil sustraerse a un ambiente lleno de imágenes de una belleza trágica y grandiosa a la vez, expresada por artistas de excepcional maestría, basicamente de inspiración barroca. Ante un Cristo de Martinez Montañés, de Juan de Mesa o de cualquier otro creador -aunque sea mucho mas reciente- como Castillo Lastrucci y maestro en cincelar una expresión de momentos haciéndola perdurar, solo cabe asombrarse de la perfección lograda por un ser humano. Igual ocurre ante la cara de una virgen dolorosa, que dentro de su enorme tristeza, expresa una belleza sobrecogedora y distinta si varía unos grados la inclinación de la luz o la intensidad de la misma. Si a este cúlmen de arte, se unen numerosas variables, como puede ser; una iglesia ojival, -que antiguamente fue mezquita y mucho antes lugar de reunión de otras creencias- con el olor aromático del incienso que llena el ambiente; los rayos de luz tamizada entrando por las vidrieras y ves varias generaciones juntas que miran arrobados las imágenes, o quizá la muy complicada salida de un templo, al ser casi igual el tamaño del paso a sacar de las medidas de la puerta... Luego, el ambiente es distinto, pero no menos intenso, como puede ser el discurrir de la procesión entre naranjos que exhalan el perfume del azahar, o se detiene un momento, para que la contemple una persona que la acompañó durante muchos años y la espera quizá enfermo o anciano desde un balcón a su paso, o hay una esquina por la que es dificil pasar, o quizá es una marcha que hace caminar a determinado compás una mole que casi tiene vida propia y camina portada por cuarenta o más personas como si fuera una sola y en un momento determinado, se escucha el sonido del racheo de los pies de quienes llevan un paso de palio, o quizá es el sonido de los varales de este mismo paso, que parece que se mece como si se quisiera acunar entre los brazos de quienes lo llevan, o tal vez es el recuerdo de alguien que ya no está aquí, pero que no hace mucho sí estaba...Y los pasos en que se contemplan crucificados, con toda la expresividad y la sangre del barroco, son sencillamente perfectas representaciones que podría haber firmado cualquier experto en anatomía...Y la luz del atardecer de Sevilla, o quizá su noche o madrugada, sobrecogen el ánimo y lo proyectan a lugares de casi imposible acceso.
No sé. Es tremendamente complejo, explicar simplemente estas sensaciones a alguien que no lo ha vivido, porque vuelvo a insistir, que al margen de la creencia religiosa que es la base o inicio del desfile procesional desde hace muchos siglos, el que lo presencia lo puede vivir de muchas maneras y por supuesto, desde una fé acendrada, o simplemente sintiendo una admiración por la incomprensible belleza de un arte excelso, que se muestra abundantemente, abrumando a veces a quien lo contempla, por su exceso y que puede admirarse, tocado en la fibra de la sensibilidad artística, sin mezclar en ello un ápice de religiosidad. No puedo en absoluto, definir lo que cada uno llega a sentir intimamente en las vivencias infinitas de la Semana Santa de Sevilla. Esto es un conjunto de pensamientos que pertenecen a cada persona.


__________________