Renovada ilusión
















Hay juguetes que son afortunados.
La niña que los tuvo por regalo
al abrir sus ojos de sueño una mañana,
después de admirarlos con cariño,
jugó con ellos estimándolos.
Después,
tras largo uso sin romperlos,
los guardó,
sin saber entonces que más tarde,
inesperadamente y sin pensarlo,
treinta años después, otra mañana,
al abrir un armario,
una caja de colores, olvidada,
deslumbra otra vez
los ojos de otra niña,
que sonríe,
mientras su media lengua dice:
"Mamá,
¡qué bonitos tus juguetes!.."



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Moguer en el recuerdo

"Májica" luz cegadora
que se filtra entre los pinos.
Caminos de costanillas
y aromas de campo limpio.

Descendientes de "Platero",
alegres por los sotillos
y un vientecillo suave
que allí arriba te acaricia,
una vez pasado el Tinto.
-río que al lavar el hierro
se queda color de vino-.

Y subiendo la pendiente
bordeada de eucaliptos,
que parece que allí estaban
el día que el mundo se hizo.
A la izquierda, ves Lucena
y en el frente está Moguer
con su Monasterio ínclito.
Aquel de los viejos arcos,
el del refectorio antiguo.
El de la airosa espadaña
con armoniosos sonidos.

Y en llegando a aquella plaza,
te ves de nuevo, de chico
con la vida por delante
sin definir ilusiones
que se iban abriendo sitio,
levantando día a día
el personal edificio
que luego sería la vida
y el camino de uno mismo.

Son sentimientos que viven
nunca pasando al olvido...

Moguer de fachadas blancas,
de cielo azul, cielo limpio
como dicen que se tiene
el corazón cuando niño.

Y el niño se hace mayor
y al volver por donde ha ido
-con la nostalgia que aporta
el pasado y sus destinos-
piensa para sus adentros:
Señor; entre esta claridad de hoy
y aquella que ya he vivido,
ha habido una larga etapa.
Aquí tienes mi camino,
que la claridad es la misma,
pero...yo, no soy el mismo...

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La luz de la mañana en Granada



La luz en general y más aún en Granada, en las mañanas, es una vibración que a poco que nos esforcemos, sentiremos incluso con los oidos. Es un zumbido suave y grato, en el que rumores de fuentes recordadas más que vistas, llenan nuestra mente, complementando lo que vemos en esos instantes. Recordamos entonces, el sonido que hace al chocar con la taza árabe, el agua que cae desde los surtidores que previamente la han proyectado hacia arriba. Y ese sonido, inigualable a otro y perfectamente conocido, nos aquieta el espíritu, incrementando el sueño que dificilmente se puede separar entre lo que miramos en el bello paisaje, las leyendas conocidas a lo largo de nuestra vida sobre los lugares en los que estamos y el hormigueo de esa luz cambiante que quisiéramos poder llevarnos con nosotros, pero que si queremos de nuevo disfrutar, tendremos necesariamente que volver a Granada...


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Cambios

Paso y paso los caminos,
reconozco los paisajes,
pero cuando el tiempo pasa
ha cambiado hasta el aire.
Las ciudades conocidas,
aún siendo las mismas calles
van adquiriendo otras formas,
van tomando otro talante.
Las gentes van cambiando
no solamente en sus trajes.
Otros gestos en las caras,
mas raudos los caminantes.
Un algo casi impalpable
te hace sentir otras cosas
y hasta el banco de aquél parque
donde una vez te besaron
cuando era joven tu carne,
ya no existe, lo rompieron.
Parece que estando roto,
modeliza un nuevo arte...
Era de madera vieja y ésta
a la intemperie...¡ya se sabe!
Si te paras a pensar,
un mal día te das cuenta,
que eres pasado y pasaste.
Tus recuerdos, son fantasmas.
No cuentes tus experiencias.
A nadie interesa nada.
Estás de más. No eres nadie...

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Compañera de trabajo

Obsoleta caja de compases
fiel compañera
de años de carrera.
Hoy, tus componentes oxidados,
descansando de kilómetros andados,
aguardan en una interminable espera
que otra vez, como la vez primera,
los tome en mi mano rellenados
con tinta Pelikan y ennegrecidos,
dibujar firmemente sostenidos:
Dentados, helicoides o acotados.
Nombres sonoros, si hay alguno:
Tiralineas, compás, alargadera,
sin olvidar a la humilde bigotera
con sus mínimos círculos trazados,
realizando intersecciones, que mas de uno,
no hubiera logrado sin su uso.
Y a pesar de casi haber olvidado
su manejo, al Rotring yo recuso.
Seré quizá romántico o tal vez lelo,
lo mas probable: un temblón abuelo
para el que no se hicieran los sistemas
que ordenando todo con programas,
plotters trazan y trazan sin esfuerzo
-pero también sin alma, no se olvide-
lineas, cotas, sombras, lo que se quiera.
Son máquinas...¿Qué nos espera?
La pluma de ave, también cayó en desuso...
Ya no se tacha. Eliminamos los errores
quizá pronto, no pensar se prefiera.
Llegan pues, nuevos valores
y la vieja y querida caja de dibujo,
muda presencia aparcada,
-pero no olvidada-,
aún guarda su embrujo,
y donde un día quedó jubilada,
porque no piensa, aún espera
una nueva primavera,
que la esperanza y su influjo,
suelen ser una quimera...

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A tí, desconocida.

No conozco ni tu forma
ni tampoco tu vestido.
Ni si todavía estas lejos
o llegas a tu destino.
No te temo y
no me importa tu llegada.
-Creo que es victoria
enfrentarse cara al día
hasta el final del camino-.
Cuando llegues y me abraces
para llevarme contigo,
yo te veré...
¡tan bonita!
que hasta tu helada sonrisa
me dará calor y abrigo.
Y al traspasar la puerta
hacia lo desconocido,
-ya ves, soy optimista-
empezaré nuevas cosas;
comienza un nuevo camino.

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Duda

¿Qué es peor, una ilusión
o una quimera?
La quimera, tú lo sabes:
nunca llega.
Si te encela es porque quieres.
No te engaña.
Es sincera.
Mas la ilusión...
aquella en la que crees
por algún tiempo,
-quizá tu vida entera-
raras veces se te entrega...
Y ves que pasan los años
esperando que llegue ella,
creyendo que tal vez,
venga...
Y cuando te das cuenta,
pobre iluso,
que no llega,
te sigues ilusionando
y a otra nueva te aferras...
Y siguen pasando años
y aunque sé lo que tú piensas,
uno que vivió entre nubes,
siempre llena la cabeza
de ilusiones nuevas,
como amigo te aconseja:
Oye bien y toma nota
¡la mayor, no vale la pena!.
Aunque sé que no lo harás,
no te lo tomaré en cuenta.
Sé que un ilusionado,
no razona,
es una bestia...
¿Y sabes por qué lo sé?
Lo sé por propia experiencia...

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Insomnio

Por más que intento dormir,
solo consigo dar vueltas.
Acostado hace unas horas,
en esta noche tan negra.
Mi cabeza está pesada,
rodeada de problemas,
de ellos, mañana
-si amanece-
sólo quedarán estelas...
Pero ahora,
en esta noche sin estrellas,
todo se ve más oscuro,
sin un resquicio de luz
en estas empinadas cuestas...
Sólo, querría dormir,
y adormecer la inteligencia,
pues estar vivo, muchas veces,
-aunque esto al revés parezca-
es el pago de una deuda
no sabes bien hacia quién,
que se permite, le debas.
Y si duermes y le olvidas,
le opones tu indiferencia
y llegas al disparate,
de ser más dueño de tí
teniendo menor consciencia...

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Madrid

La primera vez, te ví de noche
y a lo lejos desde el trén.
Tus luces, me encandilaron.
¡Qué bien recuerdo esta vez!
Yo era un niño "de provincias".
Ví, casi todo,
-entonces pensé que todo-
lo que habia que ver;
hasta al pobre de Cascorro
con su ros y su mochila
en su estatua en Lavapiés...
Museos varios, el Retiro,
Cuesta de Moyano, Atocha,
Puerta del Sol, cual cateto
que en el kilómetro cero
se retrata con la risa
que te da, por no se qué...
Plaza Mayor con sus arcos,
la de España, con su Torre
y el Hidalgo desquiciado
como nos lo hacen ver...
Palacio Real, jardines,
Acueducto de Segovia...
¡Yo que se!
Todo, todo, todo,
rapidez, prisas, gentes,
mucho metro,
cuantas prisas,
¡qué cansancio!
¡pobres piés!
Mucho por Madrid he vuelto...
Otros Madriles he visto,
he vivido y viviré,
pero...
¡Aquel Madrid con mi padre...
nunca lo podré ya ver...!


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Universo escondido

Está escondido y sin embargo es muy facil de encontrar. Es impresionante y ofrece enormes contrastes. Reune en sí, parte de la Historia de España. Me refiero al Palacio de los Marqueses de Viana en Córdoba, actualmente propiedad de Cajasur, que ofrece una variadisima perspectiva a través de las amplísimas colecciones que se exponen en este caserón convertido en Museo. La visita está acompañada por unas guías, que unen a su conocimiento profundo del lugar, una amabilidad exquisita. Aunque está incluido en la Ruta del Califato del Legado Andalusí, mi opinión personal es que no es tan conocido como su grandiosidad requeriría. Decir que es grandioso, es poco. Es, sencillmente incomensurable.
Al parecer, está construido sobre restos romanos de los que dan buena muestra los azulejos de teselas que en uno de los salones pueden admirarse.
Todo en él, es desmesurado. Patios y jardines, de diversa factura y construcción hasta un número de trece. Miles de metros cuadrados edificados. Una señorial escalera de piedra caliza, da acceso a los numerosos salones de su planta alta, cuyos suelos están cubiertos por excepcionales alfombras -algunas hechas a medida de los enormes espacios-, de factura persa, china, española-, corren pareja con artesonados a cual mas grandioso y bien labrado, junto a puertas de ventanas que son las originales y por ello desencuadradas y mal conservadas. Lámparas de gran tamaño, preciosas, de cristal de la Granja. Opalinas raras por sus colores. Mobiliario italiano o francés, mesas con incrustaciones de nácar, hueso, marfil, carey. Bargueños, arcones, sillones de diferente forma y procedencia. Columnas salomónicas. Muy numerosos azulejos de distintas épocas perfectamente enmarcados, así como relojes artísticos y jarrones de cristal. Cerámica de Sèvres y de otros innumerables lugares. Diversos salones, poseen Tapices Gobelinos o de la Real Fábrica Española, sobre cartones de Goya. Otros reciben el nombre de los personajes allí representados como el de Tobías. También es visitable, una biblioteca conteniendo siete mil ejemplares en muy buen estado, perfectamente encuadernados, muchos de ellos en francés y sobre temas cinegéticos. Próxima a ésta, una pequeña estancia, en la que se encuentran algunas pinturas del Duque de Rivas -perteneciente a la familia de los Savedra- en su faceta menos conocida que la de literato. Vitrinas que contienen colecciones de vajillas a cual mas excepcional que la anterior. Otras con ejecutorias y libros de canto. Armas con las miras de oro y alguna con un diamante en ella. Cuadros de pintores famosos de la escuela de Bruhegel, de Zurbarán, así como miniaturas de Velazquez. etc. Otros cuadros de antepasados de la familia Saavedra, así como del Rey Alfonso XIII y de la Reina Victoria Eugenia. También representan a otros reyes: Isabel la Católica, Felipe IV y Carlos III. En otro lienzo se ve al General Franco, -al parecer propiedad del Ayuntamiento- que también se encuentra allí. Este Museo, posee también, una de las mayores colecciones de cordobanes y guadamecíes que se conoce.

Posiblemente, en la breve descripción realizada, haya dejado de consignar numerosas y exepcionales maravillas de las allí expuestas. Considero que bien merece una visita aquel Palacio en el que la imaginación se pone a volar sin proponérselo; bien ante las numerosas fuentes de sus patios y el rumor de los surtidores, la belleza de sus jardines, el olor del azahar de sus naranjos, o la inexplicable sensación intrínseca del lugar, en el que cada rincón visitado, te presenta la duda de si es mas bello que el anterior...Por si fuera poco, cuando accedes a la segunda planta, un universo escondido se te abre. Un contraste, inesperado y abrumador, te hace contemplar maravilla tras maravilla que se suceden al recorrer el enorme edificio pisando las excepcionales alfombras, que afortunadamente para su conservación, están perfectamente protegidas por una moqueta en el camino de paso.


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"El mico". Minicapítulo VII (y último)

En cuanto habló con el Padre Miguel, "el mico" se sintió a gusto allí. Le acogieron bien y él se sintió "en casa". Le encomendaron ayudar en la carpintería y después de hacerlo, empezó a tallar una madera. Cuando el Padre Miguel lo vió, le preguntó:
-¿Te atreverías a tallar una imagen?
-No lo he hecho nunca, pero creo que podría hacerlo.
-Mira. Vas a empezar por algo sencillo. Toma madera y haz si quieres un pié para colocar el misal al leer el Evangelio. Hazlo a tu gusto con alguna figura de ángeles o algo así. A ver como te sale.
-Padre Miguel, yo siempre he utilizado mi navaja para esto, pero lo haría mejor con otras herramientas.
-Mañana te traeré unas gubias y si te queda bien el trabajo, después habría mucho más a realizar con las imágenes de la iglesia nueva. Aquí tendrías ocupación para bastante tiempo y además, podrías darte a conocer.
-Veremos -como usted dice- como queda, pero lo que desde ya le digo, es que me gustaría quedarme aquí y que mientras que haya que hacer cosas para esta iglesia, todo mi trabajo y mi ilusión, estarán aquí, porque usted ha hecho que me vuelva a sentir persona.
-Gracias Manuel, por tu ofrecimiento. Tú nunca has dejado de ser persona. Fueron los que te rodeaban los que no supieron darse cuenta de ello. No te importe por lo que hayas pasado. Esta es tu casa y volverás a sentirte importante. Cuando te pregunten qué haces, ya podrás decir como aquellos canteros o carpinteros de la Edad Media, que a lo mejor se llevaban media vida tallando unas piedras o unos sillones de coro: "en unión de otros muchos, estoy levantando una Catedral..."
Y así fue, como "el mico", año y medio después de aquella conversación, asistía al funeral que otro salesiano, celebraba en la todavía inacabada iglesia del Padre Miguel, sintiéndose parte integrante de aquel conjunto de ideas que jamás se le habrían podido ocurrir a él y mucho menos llevar a la práctica. Gracias a la acogida que le dieron, volvió a sentirse persona considerada por los demás, llenándose de satisfacción cuando en vez de oirse llamar "el mico", oía que al referirse a él, decían "Manuel el tallista"...¡Si su madre lo hubiera podido escuchar...!
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F I N

"El mico". Minicapítulo VI

Don Miguel llevaba varios años haciendo una vida dentro de su Orden, que no le llenaba del todo. Quería hacer más, por los demás. Sin mucho buscarlo, se dió de pronto cuenta donde podría hacerlo. Una mañana, al ir a realizar una visita asistencial, encontró un lugar en la ciudad, menos aún que una barriada, que sin embargo era conocido por todos, dado que era raro el día en que los periódicos no publicasen algo que hubiera ocurrido en aquel nucleo casi carente de todo, que estaba muy densamente poblado. El barrio, no era el foco de delincuencia y marginalidad que se asociaba siempre con su nombre. Era más cosas. Casi todas desagradables y poco positivas, pero en el fondo de la cuestión latía el desamparo y la indiferencia de los poderes públicos por aquella zona, considerada como irredenta en todos los sentidos. Para don Miguel en cambio, existía un trasfondo del que se podrían obtener posibles cambios positivos con un poco de ayuda y comprensión. Él, aportaría sus medios personales así como su inmensa buena voluntad. Todo lo demás, habría que buscarlo donde lo hubiera.
Centró sus ideas dando forma al proyecto y cuando lo tenía perfectamente hilvanado, lo consultó con su Superior, que lo alentó, advirtiéndole también de las muchas dificultades con las que se encontraría. Apoyado y fortalecido, emprendió una serie de contactos con los medios económicos y sociales de su entorno, que respondieron bien inicialmente, si bien a todas luces muy por debajo de las necesidades a cubrir. Él deseaba crear un lugar, que tuviera un centro para reuniones, con una escuela y a ser posible una especie de cooperativa en la que trabajando de alguna manera, los marginados se sintieran otra vez parte integrante de la trama social, logrando unos ingresos por su trabajo, para poder dejar la delincuencia o la mendicidad. Por supuesto, no olvidaba los fines espirituales, que aglutinarían todos los demás que habían motivado la idea, pero que parecía dejar en un segundo término, según opinaron algunos de sus benefactores, a los que cuando le comentaban algo en este sentido, sonriendo solía contestar: "Jesús, antes de predicar el Sermón de la Montaña, dió de comer a la multitud, predicándoles después..."
Trás dos años de su labor en el lugar, solventando dificultades sin cuento y hasta malas voluntades, podía sentir que el proyecto comenzaba a caminar. En la actualidad, había logrado un grupo fuertemente cohesionado, que era un verdadero gérmen de Comunidad Parroquial, centrada en una humilde capilla que había logrado instalar en un cocherón al que se le realizaron unas pequeñas modificaciones. Un Arquitecto amigo, estaba elaborando un Proyecto de Centro Parroquial, con una iglesia alrededor de la cual, existiría una pequeña guardería para los hijos pequeños de quien lo necesitase, una escuela, una biblioteca con un saloncito en el que proyectar películas, dar charlas o conferencias, mantener reuniones, etc. También estaba previsto la creación de varias cooperativas para que las personas sin trabajo -que allí eran la mayoría-, pudieran obtener algunos ingresos. En principio, se había programado crear talleres de: carpintería, fontanería, encuadernación, imprenta y confección, etc. Su imaginación volaba y buscaba ayudas en todas partes. Por el momento ya había un círculo de personas que aportaban lo que podían, bien en trabajo; (Maestros, Monitores de diversas especialidades, Carpinteros y Albañiles), a los que había sabido explicarles el interés común de la idea y que ahora eran los mejores y mas intensos propagadores de la idea, de la que se sentían orgullosos partícipes y estaban tratando de hacer algo bueno, para demostrar de lo que eran capaces. Pero la realidad es que siempre faltaba dinero y que el Padre Miguel ya no sabía a donde acudir para tapar tanto hueco, porque cuando lograba pagar una deuda largo tiempo vencida, aparecían otras a muy cercanas fechas. Todos los habitantes del lugar, participaran de sus ideas o nó, estaban de acuerdo en calificarlo como "un tío legal" y esto para él, era suficiente timbre de gloria. a pesar de que desde hacía dos semanas, le habían detectado un cáncer que avanzaba callado pero certero a su no lejano fin. No tenía temor alguno por su persona. Intuía que no duraría demasiado aunque aún no se le hubiesen manifestado los síntomas que le impidieran trabajar todo lo intensamente que deseaba, pero había días, en que notaba bajo su cerebro -en ese lugar en que le había dicho el oncólogo que lo trataba, era imposible cualquier exploración- como los pequeños invasores iban tomando mas y mejores posiciones para el ataque final. Entonces, se encomendaba a su madre María Auxiliadora y su querido Don Bosco pidiéndole algo mas de tiempo, para quedar el proyecto más avanzado.
A ese lugar y a aquella persona, llegó una mañana "el mico"
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