Ocho gritos en silencio


He pasado y lo he visto
de lejos.
Me gustó.
Me acerqué
y qué pena.
Esta bonita reproducción
de un llamador
antiguo,
a mi juicio grita en silencio
desde que lo fijaron,
en la antigua puerta,
con esos ocho tornillos
zincados,
con estrías y
de otro color,
que -a mi juicio-
estropean
la belleza
del precioso llamador...
Unos pernos,
sin estrías
y en dorado o negro,
¿no quedarían mejor?

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1 comentario:

Esther Serrano dijo...

Hola Jesus, soy Esther, madre mia en lo que te fijas!!si es que eres un perfeccionista nato.Estoy leyendo poquito a poco tu blogg por que la verdad da para mucho, no se como tienes tiempo de escribir tanto.

Un abrazo