Pasos en la mañana

Caminando una mañana por Sevilla, me encontré una lápida en una casa. La leí ávidamente y aquel mármol blanco, me recordaba, en aquella casa había nacido el ilustre compositor Joaquín Turina.
Éste,
compuso
entre
otras:
"el Quin-
teto",
-obra
que le
apadrinó
Falla,
de quien
era
amigo-.
También:"la Procesión del Rocío", "la Oración del torero", "Homenaje a Tárrega" o "Sevillanas" . De él, se cuenta una anécdota que podría ser incluso una premonición. Siendo muy pequeño, le regalaron un acordeón y al poco tiempo, había aprendido a tocarla solo. También gozó de la amistad de Albéniz. Había nacido en Sevilla en 1882 y murió en Madrid en el año 1949. Era hijo de otro Joaquín Turina, genial pintor costumbrista nacido en 1847 y fallecido en 1903, que dejó para la posteridad, obras tan admirables como: "el Mercado del Postigo del Aceite", "el Desembarco de Colón", "la Playa de Sanlúcar" o "Gitana" -esta última, que puede admirarse en las etiquetas que llevan las botellas de manzanilla de una importante bodega sanluqueña-. Parece que hay lugares propicios para que de ellos salgan seres con cualidades artísticas.
Seguí andando y contados ocho pasos, giré hacia la derecha, entrando en la calle Acetres. Había recorrido otros 36 y observé dos lápidas en otra casa. En una de ellas, se situaba el lugar de nacimiento de Luis Cernuda. En la otra, una referencia a su mas bella obra en prosa en la que nos cuenta recuerdos y añoranzas: "Ocnos".
Este eximio poeta, había nacido en aquella casa, en el año 1902 y tras exiliarse en el año 1938, y pasar por varios paises, falleció en México, muy lejos de la recordada Sevilla de sus añoranzas en 1963. Cernuda, ha sido quizá por su circunstancia personal, uno de los mas sensibles poetas de la soledad y la tristeza. Entre sus obras: "Donde habite el olvido", "Soliloquio del farero" o la quizá mas reflejadora de sus angustias vitales: "Desolación de la quimera".
Famoso fuera de España, tardó años en que en su país se le conociera y admirara por sus obras .
Tras haber leido tres lápidas en menos de diez minutos, me dió qué pensar que en tan corto tiempo, se pudieran resumir -unos cien años- y que en el espacio de 44 pasos, hubieran podido existir tres seres humanos, de las características de los anteriores, por lo que llegué a la conclusión de que hay entornos mágicos en algunas ciudades.

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