La ranita Cra-crá.

En realidad, este breve relato no es mío del todo. Lo escribimos entre mi hija mayor-Lola- y yo, cuando ella contaba unos 9 años y en su curso de Educación Básica, le indicaron,las alumnas deberían llevar como trabajo para el día siguiente, un cuento o un relato breve. Así que tratamos de buscar unos dibujos y unas cartulinas a las que acoplar la idea que pensamos. Hace mucho tiempo, que las cartulinas de color marrón en las que iban algunos recortes pegados y varios dibujos alusivos, así como el relato escrito con su letra infantil, se perdió entre la vorágine de nuestra biblioteca, pero el texto, es como sigue. Es ahora -muchos años después-, un bello recuerdo de un trabajo en común con mi hija.
_____________________
"Ibamos en coche, hacia Granada. La carretera, atravesaba varias poblaciones y después de pasar por Loja, paramos en un ensanchamiento del que salía un camino, para remediar un poco el mareo que sufría mi hija Lola. Allí, casi al lado de la carretera, muy próximo al rio Cazyn -que al parecer en árabe significa tesoro-, nos apeamos del coche y paseamos un poco entre los álamos que proporcionaban una sombra agradable, mitigando el calor del día. Muy cerca, había un pozo con una garrucha que utilizamos para sacar un cubo de agua muy fresca, con la que nos refrescaríamos un poco las manos y el cuello. Al tirar hacia arriba del cubo, en él, venía una rana, que mi hija tomó suavemente y la colocó en el brocal. Ante los ojos asombrados de la niña, la ranita habló así:
-Gracias por salvarme la vida. En premio a tu buena acción, voy a contarte un secreto. Camina diez pasos hacia aquella piedra grande que ves allí y dale tres vueltas, mientras dices: "Tesoro que estás aquí, sal a la luz, que me perteneces" y ya verás, como encuentras un tesoro, que está escondido allí, desde tiempos de los moros.
-¿Cómo te llamas?, -preguntó mi hija-
-Me llamo Cra-crá, y saltando se perdió entre los juncos que rodeaban el pozo.
Lola, recorrió los diez pasos y dándo las tres vueltas a la piedra indicada, repitió la frase que le había dicho Cra-crá. Al momento, un terremoto, sacudió la tierra y aparecieron varios cofres entreabiertos, llenos de joyas y monedas de oro. Lola estaba muy contenta, pero el terremoto continuaba...Seguía viendo los cofres apetecibles, pero medio entre nubes, sintió que su madre la tomaba por los hombros, mientras la movía con suavidad, pero a la vez con firmeza, mientras le decía:
-Lola, despierta, que vas a llegar tarde al colegio...
Había sido todo un sueño..."
_______________

1 comentario:

Madeja de Palabras dijo...

Te equivocas. No está perdido. Lo pierdo casi todo, menos las pequeñas cosas.
Primera estantería marrón, varios libros a su derecha; lomo verde de plático que tapa grapas, formato medio. Bien hecho, por aquello de la satisfacción por el trabajo...