Adioses

Los adioses,
son diversos.
No cito los indiferentes.
No me interesan.
Sin embargo hay dos clases
que me importan.
De éstos, en unos,
está presente la ilusión
de un proyecto de vida
imaginado.
Con todas las dudas,
pero también,
con todas las esperanzas.
Son alegres, porque
creen
-a veces erróneamente-
que son transitorios...
En otros,
está la amargura
del incierto triste,
que conoce
lo que pesa el sufrimiento,
tan próximo
en la llegada,
y tan lento en irse,
pero aún sobre ello,
aún sobre esta certeza,
casi siempre,
puede construirse
la esperanza...
Aunque tarde en llegar
-si llega- y además, lo sepas.
Pero, aunque no llegara,
¿Qué te cuesta
seguir esperando
imaginando que ya
está cerca?
Si no puedes cambiar
la espera,
al menos, no
te entristezcas
y que el adiós mortecino
como los ojos
en ciertas despedidas,
se transforme,
sin lógica aparente,
sin posibilidades casi,
casi cierto de que no será
así,
pero al que
te sobrepones,
y entonces,
harás que parezca un adiós
feliz...
Porque tu interior
no tiene por qué mostrar
su vivencia...

______________

No hay comentarios: