La palmera y la muralla.

En la quietud de un rincón
del jardín solitario,
la palmera y la muralla,
dialogan:

-Te he visto desde siempre;
fuerte, sólida, inamovible,
casi eterna...
-Yo, tuve la alegría de verte nacer
una mañana de sol,
de un dátil que cayó
de otra palmera
que ya no está junto a tí
y día a día, año tras año,
he visto también como me ibas ganando
en altura y grácil belleza...
-Para mí, siempre fuiste el abrigo
en que se estrella el viento
que a veces me hace cimbrear
en demasía con su violencia...
-Lo fui, pero ahora,
tú eres mucho más esbelta
y tu corona de palmas y dátiles
adorma mi cumbrera,
dando contraste con su verde y amarillo
al grís de mis piedras...
-Mientras podamos,
sigamos juntas, muralla...
-Mientras podamos,
sigamos juntas, palmera...

Y así se consolaron mutuamente
en el jardín abandonado,
las dos soledades ciertas,
de la desmochada muralla
y de la poco grácil palmera...

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2 comentarios:

parkerazul dijo...

A veces las cosas cobran vida y podemos oírlas, como en este caso.
Pero además de la foto, lo que "veo" es que tienes muy buen oído y facilidad para contar lo que oyes.
Me gusta leerte.
Gracias de nuevo.

Jaclo dijo...

Gracias; Parkerazul.
Saludos