Pequeño monumento.


Este pequeño monumento, en el que se ve a una mujer absorta leyendo un libro, es el que tras un concurso de ideas, se construyó en Sevilla a Clara Campoamor, una de las tres Diputadas en las Cortes en la II República Española, en el año 1931. Sus otras dos compañeras fueron Margarita Nelken y Victoria Kent.

A Clara Campoamor, se le debe que la mujer pudiera votar por primera vez en España, así como que se legalizara el divorcio en su tiempo.

Había nacido en Madrid, en febrero de 1888, trabajando desde muy joven con su madre como modista. Posteriormente logra aprobar unas Oposiciones a Telégrafos y después, completando el Bachiller, pasa a la Facultad de Derecho, logrando el Título en 1924.

Colabora en diversos Periódicos, como "el Sol", "La Tribuna" o "El Tiempo", actuando como letrada en algunos procesos, como en el de los inculpados por el levantamiento de Jaca en 1930.

En 1931, logra el Acta de Diputada y lucha para lograr que la mujer pueda votar. En este tema, es poco comprendida dentro de su mismo Partido, ya que atribuían a la mujer, ser facilmente influenciada por su confesor o su marido en el voto. La realidad es que tras las primeras elecciones en que la mujer puede votar, las pierde su formación política (Acción Republicana) y logicamente ella, su Acta de Diputada, lo que le hace escribir el libro: "Mi pecado mortal: el voto femenino y yo". Este libro se publica en junio de 1936, justamente un mes antes del Golpe de Estado de 1936. Marcha a Suiza, estableciéndose en Ginebra.

Desde fuera de España, donde reside, sigue su labor como letrada y escritora. Publica: "La Revolución española, vista por una republicana" en 1937, "El pensamiento vivo de Concepción Arenal" en 1939, "Sor Juana Inés de la Cruz" en 1944 y "Vida y obra de Quevedo" en 1945.

Trató de volver a España en los años cincuenta del pasado siglo XX, pero al pertenecer a la Masonería, no pudo hacerlo sin pasar por la prisión, lo que la hizo desistir del regreso. Murió en el año 1972 y sus restos reposan en el cementerio de San Sebastián.

Posteriormente, ya en la Democracia, ha recibido varios homenajes, incluyendo que un barco de la Marina Española dedicado a salvamento, lleve su nombre.


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2 comentarios:

parkerazul dijo...

Por lo menos tiene un monumento. Porque lo que es una pena es que ahora mismo muy poquita gente sepa quien fue esta señora.
Y personas así son las que nos hacen falta en todas partes.
Qué pena que sean tan escasas.
Sí conozco algunas de sus obras, y sobre todo sus reivindicaciones.
Admiro a esta mujer, y cualquier monumento sirve, aunque siempre dé la sensación de que falta algo.
Otra vez, gracias por la lección.

Jaclo dijo...

Me alegro te agrade el pequeño monumento. Simplemente es una descripción sin más. Un saludo, Parkerazul