Calor en la tarde.

Buscaba la sombra
precaria,
de la encina que en medio del trigal
ya recolectado, se encontraba.

La tarde calurosa,
agobiante el sol de julio
y aunque cerca en la mirada,
aun quedaba bastante
para llegar a los riscos
grises, de granito,
tras la ligera pendiente...

Allí, encontraría el manantial
que recordaba, no caudaloso,
pero sí de agua fresca artesiana,
que sabe Dios de donde manaba...

Pero mientras llegaba,
el calor era fuerte,
no había un pájaro que se atreviera
a volar
y como signos de vida,
el olor antiguo del pasto seco
y el sonido casi metálico,
fuerte, monótono y acompasado,
de las chicharras...

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4 comentarios:

Sonia Schmorantz dijo...

Decore sua alma ,
da forma mais linda que souber,
com uma poesia que lhe toque o coração,
para que na sua mudez, seja feliz,
pois alma que é, será sempre sua,
sem que ninguém no mundo a tire de você.
(Eda Carneiro da Rocha)

Desejo a você um maravilhoso final de semana,
Com muita paz e carinho.

Sônia

Nerina Thomas dijo...

bRAVO AMIGO!! CADA DÍA ES MÁS BELLA SU PALABRA ESCRITA!!
BESOS

Jaclo dijo...

Bonito poema, Sonia.
Gracias por tu visita.
Saludos

Jaclo dijo...

Nerina:
Me alegra saber que te agrada lo que escribo.
Gracias por tu visita y por seguirme.
Saludos