El alma de la pared.


Podría pensarse
-si se hace ligeramente-
que el desconchón de la pared
indica abandono y humedad.

Aún siendo cierta la segunda,
no tiene que ser cierto lo primero,
porque lo que vemos es lo externo,
que en este caso es consecuencia
de sus componentes interiores.

Si la pared tiene un elemento
que cual papel secante
aspira el húmedo subsuelo,
de poco serviría que se cubriera
con pintura que pronto rezumaría
la humedad de su interior...

Igual, el ser humano,
por mucho que se atilde
si no sabe hablar porque no conoce
nada,
no podría suplir su interior mediocre,
con traje y zapatos de marca cara...

Aunque siempre habrá un necio
que por interés,
esté dispuesto a decir
del presumido mediocre,
que es un intelectual incomprendido,
de profunda y sabia palabra...

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