Día de san Fernando.

(fotografía tomada del "libro de retratos de los Reyes" datado en 1594)

Hoy día 30 de mayo, se celebra en Sevilla como todos los años, el aniversario de la muerte del rey Fernando III de Castilla y León. Este rey, había conquistado a los musulmanes bastantes territorios en Al-Andalus: Martos, Baeza, Andújar, Cazorla, Jaén, Murcia, Córdoba, Jerez y Sevilla, además de otras plazas menores, lo que le hizo ser un rey muy afortunado en las empresas guerreras. Era hijo del matrimonio -luego disuelto por motivos políticos o de parentesco- entre Alfonso IX de León y la hija primogénita del rey Alfonso VIII de Castilla: Berenguela. Su madre, cuando la obtiene, abdica en él la Corona de Castilla y unos años después, hereda el reino de León, con lo que se unen Castilla y León y aunque a la muerte de su padre hubo disensiones, logró llegar a un acuerdo con sus dos hermanas, quedando por soberano único.

Había nacido en el año 1201 en la provincia de Ciudad Real, posiblemente en Bolaños de Calatrava y murió tras una vida intensa; política, de conquistas y con tiempo suficiente para de dos matrimonios, el primero con Beatriz de Suabia con la que tuvo diez hijos, enviudar y contraer nuevas nupcias con Juana de Ponthieu con la que tuvo otros cinco hijos.

Siempre demostró un amor intenso hacia la Virgen María, de la que siempre llevaba en el arzón de su caballo una pequeña imagen., Son incontables las representaciones denominadas fernandinas que bajo la forma de sedentes, que de esa época nos han llegado y se veneran: La de los Reyes, (Patrona de la Archidiócesis de Sevilla), la de la Hiniesta (de la Corporación Municipal -hoy Ayuntamiento- de la ciudad), o la de Valme (del municipio de Dos Hermanas), etc.

Logra la conquista de la ciudad de Sevilla, después de un largo asedio, empleando no solo fuerzas terrestres, apoyándose en un sistema mixto, en el que el Almirante de la flota Ramón Bonifaz, logra romper la fortísima cadena que cerraba por la noche el río, haciendo posible el ataque completo por cerco y tras lograr la capitulación, impone -aconsejado por su hijo el Infante don Alfonso, que llevaría el apelativo de X y sería después conocido por "el Sabio"- que los musulmanes no derriben la torre de la Mezquita Mayor, como deseaban, siendo gracias a él, que hoy podamos admirar la Giralda.

Muere en Sevilla un 30 de mayo, concretamente del año 1252, cuatro años más tarde de la conquista de la ciudad, mientras estaba planeando nuevas escaramuzas y asedios a Medina Sidonia y zonas limítrofes. El Obispo don Remondo, le auxilia espiritualmente en sus últimos momentos, siendo elevado a los altares por Clemente X en 1671.

Una procesión en los alrededores de la Catedral de Sevilla, en la que está su cuerpo incorrupto depositado en un urna de plata, dentro de la Capilla de la Virgen de los Reyes, se celebra los días treinta de mayo de cada año, en conmemoración del conquistador de la ciudad. El Cuerpo de Ingenieros del Ejército, que lo tiene por Patrón, lo acompaña en un breve desfile, escoltando el Pendón Real. El Tte. de Alcalde más joven de la Corporación Municipal en ejercicio, bajo mazas, porta la espada del rey, sujeta por la punta, para que así, sea admirada por todo el que lo presencia. También en este día, se quitan las protecciones laterales de plata de la urna en la que está el cuerpo del santo-rey, para que a través de los cristales de la misma, puedan ser vistos sus restos revestidos del manto y las insignias que portaba a su fallecimiento.

___________________

2 comentarios:

Nine dijo...

Muy interesante, me encanta la historia. Menos mal que tuvo la grandeza de no derribar la Giralda ni la Torre del Oro para admiración de siguientes generaciones.

Saludos Jaclo.

Jaclo dijo...

Ya te digo, Nine: El rey Axataf de Ixbilia, que fue el que entregó la ciudad a Fernando III, quería derribar el alminar desde el que se dirigían las oraciones, pero fué obligado a que no tocara un adobe de la Giralda salvo penas muy graves para los rendidos, lo que ocho siglos después es motivo de satisfacción.
Saludos.