Autobús urbano

Ayer,
en el autobús,
distraidamente
pasé la vista
por los pocos pasajeros
que iban como yo
en ese recorrido
y a esa hora.

Situemos
un poco lo anterior:
Cinco y treinta de la tarde,
linea de un barrio
cuasi marginal
al centro de la población,
refrigerado ambiente,
pero en la calle,
sofocante calor.

Dos chicas jóvenes
pizpiretas,
camino de su trabajo,
posiblemente
en una tienda de
moderna confección.
Tres turistas despistados
que sin saber cómo
ni donde estaban
habían llegado
desde muy lejos
y se le había quedado cara
de interrogación.
Dos peruanas,
hablando contentas
pero con cara seria,
de su trabajo
con gente mayor.
Un inmigrante moreno
que por las trazas
y el miedo de la mirada
carecía de papeles
aunque tuviera
documentación y
que portaba un
pañuelo enorme
donde llevaba posiblemente
cientos de CDs
con la última canción...
Tres chavalotes
con aparatos
de esos de música
que son pequeños
y tienen un sinfín
de músicas, de esas
que hacen bailar
en perpetua contorsión,
que sacaban tiempo
para hacer guiños
a las dos pizpiretas
que maldito el caso
que les hacían las dos...
El conductor aburrido
haciendo tras largas horas
las mismas curvas
en las mismas calles
deseando que llegara la hora
del relevo
que no acababa de llegar.
Y mirando todo,
en silencio
y sin describirme:
yo.

_____________________

No hay comentarios: