Reflexión


A veces pienso
cuando veo
unos raíles
paralelos,
que es el mejor
símil de
la indiferencia;
de dos mundos
muy iguales,
pero que no se acercan.
Que mantienen
una distancia,
que les interesa,
que les influye
por completo,
porque sin aquella,
no serían ellos.
Tendrían otras
vivencias...
Y como ellos,
los humanos
con nuestra coraza,
con nuestra
apariencia,
con la pose marcada
del interés propio,
a veces
hasta de la incompetencia,
no deseamos salirnos
de las pautas marcadas
sin acercarnos un ápice,
no sea que perdamos
y eso no se contempla...
Railes de no se sabe donde
vienen,
de ignorado destino,
paralelos
hasta el aburrimiento,
tan solo en un cruce
palpareis a otro.
Siempre solos.
Ese es vuestro destino.
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