La tarde, acabando.
La noche, inquieta
porque aún no se iba aquella
y yo -como ella- esperándote
pero tú, no llegas...
Horas, minutos, instantes...
¿Qué importa saber
lo que dura el tiempo
cuando se hace interminable
la espera?
Y luego, cuando pasa,
a veces se cuenta
como una historia casi increible,
de la que sólo importa
lo que quedó en el recuerdo:
la vivencia,
pero...¿y si ni ésta queda?
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4 comentarios:
Belíssimo, gostei muito!!!
Beijinhos,
Ana Martins
Tiene que quedar Jaclo. Si no....
Precioso poema.
Saludos
Ana:
Muchas gracias por pasar por mi blog y también por tus palabras hacia mi escrito.
Saludos
Te agradezco, Parkerazul, tu paso por el blog, al tiempo que la opinión sobre lo último escrito.
Saludos.
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