Tradiciones de Sevilla.


La fotografía que se acompaña, nos muestra a unos niños ataviados con un traje de paje de siglos pasados, con los colores celeste y blanco, que parece están dispuestos a iniciar un baile dentro de un recinto sagrado. Como curiosidad, van cubiertos con sombrero, dentro del templo. Su nombre: Seises, pero, ¿quienes eran y son los Seises?

En varias Catedrales españolas, existen desde tiempo inmemorial, grupos de "moços cantores" que con ocasión de festividades religiosas importantes, cantaban y danzaban para dar mayor realce a dichas fiestas. Su nombre indican que fueron seis, aunque no siempre fue así, llegando a ser muy numerosos y en la actualidad y en Sevilla, diez.

Se tiene noticia de ellos desde el siglo XIII como cantores. Ya en 1508, incorporan el baile a sus intervenciones y es a partir de la Fundación realizada por el Arcediano de Carmona y Canónigo de Sevilla, don Mateo Vazquez de Leca, (que había sido Seise en su niñez), cuando se incorporan de una forma perfectamente definida al acompañamiento de la Procesión del Corpus, vestidos como pajes de la época y con el Privilegio concedido por Bula, de danzar ante el Santísimo Sacramento, cubiertos con sombrero. Vivían y recibían educación, en el Colegio de san Isidoro, también denominado de san Miguel, dependiente del Cabildo de la Catedral, hasta 1960. Tanto en Toledo como en Sevilla, alcanzaron su mayor explendidez a raiz del Concilio de Trento, como uno más de los símbolos para dar magnificencia a las Procesiones del Corpus y veneración al Santísimo Sacramento frente al Protestantismo. Después, extendieron sus bailes y coros a otras celebraciones litúrgicas, como la de la Inmaculada Concepción, en cuya defensa de Dogma tuvo tanta participación Sevilla, que lleva entre sus títulos en el escudo de la ciudad el de "Muy Mariana". Según la festividad que sea, los colores que llevan en sus trajes, son rojo y blanco o celeste y blanco.

Y sin entrar en más detalles, estos son en la actualidad los llamados Seises, que en número de diez, muestran la sencilla belleza de sus pasos de baile, sus cruces rítmicos acompañando de castañuelas sus movimientos y en general la plasticidad que llega de varios siglos, componen el resto del cuadro.
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2 comentarios:

Sonia Schmorantz dijo...

Cultivar as tradições e suas histórias é um dever, está lindo este texto e sua história.
abraço

Jaclo dijo...

Buenos días, Sonia:
De nuevo gracias por tu visita.Yo también como sabes, leo tus bonitos poemas y admiro tus bellas fotografías.
Saludos