Ocaso.

Un hombre en su soledad,
dormía sentado en una butaca
azul,
junto a la orilla del mar.

Las olas iban y venían,
rompiendo suaves
con el murmullo plácido
de su eterno retornar

Y pensé entonces
que se habría dormido
en una huida de su diario,
abriendo la puerta a soñar...

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