Ver de una manera.


El enorme rosetón de piedra, lo podemos observar de diferentes maneras. Si nos atenemos estrictamente a su belleza, podremos admirarlo y quizá pensar, que proporcionará en las horas en que el sol incida sobre él, una iluminación extraordinaria al interior del templo en que el Maestro Constructor lo acopló, pero independientemente de ello, cabría preguntarse algunos por qués.

Desde fuera no se aprecia que la luz al pasar por unas vidrieras interiores, se tamiza, pero si se advierten determinadas características, en modo alguno fijadas por el azar.

Si partimos de su forma, es un círculo, que ya tiene su significado en el que podemos observar otros trés, que sirven al conjunto para darle unidad. Entonces, podemos pensar en una alusión muy concreta a la unidad del trés. Fundamental en el llamado Misterio de la Santísima Trinidad, pero si seguimos observando el rosetón, vemos que se inicia en el centro una cruz lobulada, delimitada por el primer círculo citado, del que parten doce brazos que pueden tener numerosos significados, entre ellos la representación de los doce Apóstoles. Un círculo más y el doce se convierte en veinticuatro, pudiendo significar la progresión infinita.

Curiosamente, en todos los números representados, está comprendido el dos (dualidad del cuerpo y alma), que más curiosamente aún, es el único número cuyo doble es igual a su cuadrado, lo que puede significar que por más cambios que se deseen introducir con operaciones diversas temporales, habrá siempre una parte de él, que no sufrirá mutación, aunque otra (el cuerpo, si). También el mágico 3. Así el 12, será el 2 multiplicado por el 3 y una vez más por el 2 y el 24, el 3, multiplicado por el 2 trés veces.

Habría quizá que preguntar a las palomas posadas en alguno de los radios, por supuesto en el idioma universal de la música de las esferas, si están allí, porque sienten la vibración de aquellas proporciones armónicamente dispuestas, que transmiten paz.
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2 comentarios:

parkerazul dijo...

Yo miro un rosetón así y me parece espléndido.
Pero me sorprende más que otra persona, en este caso tu, puedas describirlo tan minuciosamente.
Me cuesta muchísimo asociar los números a la belleza de la piedra.
Pero según lo cuentas siento lo torpe que soy en muchas cosas.
Por eso me gusta tanto leerte, porque sé que siempre aprendo.
Gracias de nuevo.

Jaclo dijo...

No exageres, Parkerazul. Simplemente es otra manera de ver las cosas y no por eso ni siquiera es seguro de que sea así.
Saludos.