Sic transit gloria mundi...


Esta mañana, he pasado por un lugar mínimo en cuanto a su realidad -y más ahora- y grande en su recuerdo. Lo cita Gustavo Adolfo Becquer, uno de los poetas naturales de Sevilla, más característicos del Romanticismo. El lugar; La venta de los gatos.
Hablar en la actualidad de uno de los hermanos Becquer, es como remover un pasado y unas maneras de hacer, hablar, representar, etc, en una España totalmente diferente. Con unas costumbres distintas y unos valores bastante diferenciados a los exaltados y vividos por el poeta.
Sin embargo, hay lugares que son base de un escrito, un poema, una cita y ya han trascendido de su realidad. Uno de éstos, es el que a Gustavo Adolfo Becquer sirvió para situar uno de sus escritos en prosa. Se titulaba: "la venta de los gatos". Lo escribió nuestro poeta en "el Contemporáneo" a finales de noviembre de 1862 y describía la venta de esta manera:
" Figuraos una casita blanca como el campo de la nieve, con su cubierta de tejas rojizas las unas, verdinegras las otras, y entre las cuales crecen un sin fin de jaramagos y matas de reseda..."
Actualmente, la antigua Venta de los Gatos, presenta el aspecto de la fotografía y hasta la lápida que se observa en el centro, ha sido inmisericordemente pintada, como si tapando la inscripción que hablaba del lugar y del famoso poeta, pudiera borrarse un recuerdo que al parecer molesta.
Gustavo Adolfo, había nacido en Sevilla el 17 de febrero de 1836, muriendo en Madrid el 22 de diciembre de 1870. Se da la circunstancia, que aquel día, hubo en España un eclipse total de sol. Una vez más, parece que habla de realidad actual la antiquísima frase latina...

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4 comentarios:

Sonia Schmorantz dijo...

Há lugares assim, que ao olhá-los muito mais que a arquitetura vem a mente o que já representou, ou mesmo os poemas que inspirou!
Um abraço

Jaclo dijo...

Siempre eres bienvenida al blog, Sonia.
Gracias y saludos.

Kiantra St. Leger dijo...

Me parece muy feo, de muy mal gusto esa pintada, esa venta no solo les pertenece a los dueños. Forma parte de la ciudad, de su historia, es como ir a un edificio de Aníbal González y le quitamos todo su regionalismo sevillano...Hay cosas que no se pueden tocar, que es un sacrilegio.
Un abrazo.

Jaclo dijo...

Kiantra St.Leger:
Me alegra ver que no soy yo solo el que opina así.
Bienvenida al blog.
Un saludo