De pronto.

Estaba mirando la mar
en el espigón del puerto.
Las olas chocaban
en la rompiente
con su rítmico chapoteo.
Algunos pesqueros,
regresaban.
Los pescadores
parecían contentos.
Miraban con alegría
las cajas apiladas
con pescado dentro.
Ya veían la subasta
y con ella,
de su trabajo el rendimiento
y de pronto,
empezó a crecer el viento...
Silbaban los cables,
algunas banderas se rajaban
al impulso ciego
y mis pensamientos
volaban a los barcos
que aún estaban navegando
sin el resguardo del puerto.
El viento, cada vez mas fuerte.
Las olas ganando altura
y fuerza por momentos.
Se puso todo oscuro
y con el alma triste
me busqué un lugar
más abrigado,
que me amparara del viento...
Pero.¿Y aquellos que estaban
todavía en la mar,
sin cobijo,
sorteando las olas de través,
lograrían el regreso...?

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