Una vez más.


Te vi y volví a mirarte.
Seguías allí,
enhiesta y bien basada.
Tus raices en la Tierra,
asentada.
Y otra vez, mirándote,
admiré tus proporciones
y te situé,
para no dejarte sola,
entre un naranjo
que exhalaba su perfume
y la estética
en hierro fundido
de una farola...
_____________


No hay comentarios: