¿Ausencia de pensamientos?

¿Qué piensas cuando no piensas?
Cuando la cabeza parece estar vacía
de pensamientos,
no es que lo esté.
Solamente lo parece,
y en descanso aparente,
sigue presta al primer impulso.

Es tal como cuando conduces
pareciendo que no atiendes,
porque vas pensando
además,
en otras cosas...

Y pasan los kilómetros
y de pronto, saltan los reflejos
sabiendo frenar de pronto,
o girar el volante
imprevistamente...

Porque, sí ibas atendiendo,
simplemente,
el arco estaba tenso,
pero parecía
-tan solo parecía-
que no existía el esfuerzo
y sin embargo,
en posición de espera
la flecha estaba dispuesta
para acertar en la diana...

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6 comentarios:

Maribel Romero dijo...

Qué interesante reflexión, Jaclo. Creo que nunca dejamos del todo de pensar, la mente en blanco no existe, solo en la literatura. Saludos.

Jaclo dijo...

Gracias por tu visita.
Un saludo

Raquel T. dijo...

Pocas veces me he planteado la dificultad, cercana a la imposisibilidad, de pensar en blanco, de liberar la mente de toda carga aunque fuera por una milésima para tomar aire. Me ha encantado tu explicación de esa "no ausencia", Jaclo, y me gusta mucho también cómo planteas la relación entre esa supuesta blancura de la mente con la acción: cierto es que parecemos existir con lecciones aprendidas y movimientos asumidos, ¿será instinto civilizado o rutina a la que acostumbramos nuestros días?...
Abrazos no mecánicos...
P.D. Gracias por tu visita a mi blog, Jaclo, bienvenido, estás en tu casa, y, con tu permiso, te enlazo a ella...

Jaclo dijo...

Raquel:
Te agradezco tu visita y tus opiniones.
Un saludo

Nerina Thomas dijo...

Es una de las cosas más difíciles de manejar, la mente.
Trabajo mucho el hecho sabes, para asi serenarme un poco. La vida transcurre igual, sólo que hay que aprender a caminar, literalmente hablando, más despacio.
Cuando se consigue, la serenidad, se llega luego a la tolerancia.
Si amigo!!!

Jaclo dijo...

Nerina: Quizá sólo después de un dificil envite superado, se aprecie la tranquilidad y paz consiguientes...Además -y por supuesto-, los ritmos de cada persona en diferentes momentos, no tienen por qué ser iguales.Por si fuera poco, hay más variables: lo lento para uno, puede demasiado veloz para otro...
Saludos.