El banco roto.


El bonito banco de azulejos
al borde del paseo,
muestra
el hueco de varios de ellos, rotos.

La herida bien visible
no tiene vendaje que la tape.
Está abierta a la intemperie
y la lluvia, el agua o el polvo,
se depositan en ella
agrandándola...

Ya nadie se sienta en él
porque todos buscan
un sitio que esté completo
y el banco sufre en su impotencia
al verse olvidado,
él que oyó tantas confidencias...

Quizá pronto, antes de que sea
imposible por su tamaño,
alguien reparará en los azulejos rotos
y arreglándolos de nuevo
conseguirá que vuelva a sentirse útil,
sin que nadie después de mirarlo,
opte por buscar a otro
sin heridas abiertas...

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2 comentarios:

Sonia Schmorantz dijo...

Velhos bancos tem sempre muitas histórias, talvez seja este seu encanto, apesar das marcas do tempo!
um abraço, ótimo fim de semana

Jaclo dijo...

También para tí, mis mejores deseos en este fin de semana.