Un por qué.


El medallón ovalado
pintado en la pared,
sin ser kitch,
ni tampoco modernista,
nos atrae hacia lo pasado...

Ojos rasgados y oscuros,
rizos de pelo negro,
miradas como venablos
de aguda punta mortal,
empozoñada con sonrisas
que matan...

Flores, abanicos, collares,
peinetas cubiertas con blondas
blancas como para
ir a los toros
-rito de sangre y muerte-
pero sobre todo lo que se ve,
una página escrita a trazos
de Historia todavía no lejana...

Y el observador, centra su atención
y sin saber bien la causa,
una y otra vez pasa y repasa
la pintura,
inquieto,
tratando de buscar un por qué
que quisiera encontrar...

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