El conjuro.

Al conjuro del nigromante,
creí ver a un ser alado
que apareciendo a mi lado
dejó un perfume enervante,
llenando de luz centelleante,
el aire que había agitado,
que al marchar quedó apagado
con su estela electrizante.
¿ Qué importa que aquel instante,
fuera vivido o soñado?
Solo importa, haber estado
allí, aquel segundo importante.

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4 comentarios:

Nerina Thomas dijo...

Sólo importa haber estado en ese segundo............"bello texto". un cariño desde aqui.

Jaclo dijo...

Gracias, Nerina. En efecto, el quid de la cuestión es estar en el momento oportuno.
Saludos

Maribel Romero dijo...

Qué bonito, y sobre todo, como habéis dicho, esos últimos versos tan significativos, aunque todo el conjunto del poema es muy sonoro, casi musical.

Saludos.

Jaclo dijo...

Maribel:
Gracias por tu opinión.
Me alegro te gustara.
Saludos