El Carnaval


Un año más, llega el Carnaval. La fiesta pagana por excelencia, con la que desde muy antiguo la gente trataba de olvidarse de los problemas cotidianos, viviendo o representando otras vidas, casi siempre muy diferentes de la que habitualmente lleva. De ahí, los disfraces, las máscaras y toda la parafernalia con que se arropa esta fiesta, que no fue en sus inicios más que un rito para con la naturaleza en el final del invierno.
De antiguo; Sumeria, Egipto y después Grecia y Roma, tuvieron estas celebraciones más que iniciáticas, participativas sin demasiadas cortapisas, en las que podían realizarse actos que comunmente estaban prohibidos: beber vino hasta emborracharse, mezclarse esclavos con libres, etc, etc. Podían llamarse: Lupercales, Bacanales o Saturnarles, pero mas que celebraciones propiciatorias, -aunque también tuvieran sus ritos- eran una ocasión para que las costumbres se relajaran y divertirse lo más posible.
Durante un largo período de tiempo, en España, estuvieron prohibidos los Carnavales y a algunas generaciones, estas fiestas, nos han llegado tarde. Con excepción de la ciudad de Cádiz, en la que eufemísticamente se llamaron Fiestas Típicas, la celebración del Carnaval no estaba autorizado. Después, se ha tratado de buscar una relación inexistente a mi juicio, entre estas fiestas y la posterior Cuaresma cristiana, basándose en que tras el exceso de diversión llegaba la posterior penitencia, como la de abstenerse de comer carne los viernes siguientes, salvo que se comprara un privilegio llamado Bula, pero hasta esto se ha quedado totalmente defasado, porque la carne ahora es más barata que el pescado y resultaría un espíritu penitencial algo sarcástico, tomar bacalao (que como pescado está tolerado), en lugar de carne de pollo.
En la actualidad, en España, son famosos numerosos lugares por sus Carnavales; Cádiz, Tenerife, etc. En otros países, desde el elegantísimo de Venecia al de Río de Janeiro, hacen por unos días que una buena parte de la población se disfrace de lo que no es y trate de vivir de otra manera. El Carnaval, como toda manifestación lúdica de masas, es dificil de encasillar, y quizá por eso mismo, tiene sus defensores y sus detractores.


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8 comentarios:

Maribel Romero dijo...

Como siempre, es un gusto pasar por aquí y aprender algo nuevo. Hay que ver lo que consiguen los eufemismos, "Fiestas Típicas", no está nada mal para burlar la prohibición. De vez en cuando nos conviene ponernos una máscara para huir, como mínimo, de los problemas (así no nos conocen). Gracias por tan interesante información. Saludos.

Sonia Schmorantz dijo...

Obrigado por tua visita, tens um lindo espaço tambem
abraços

Jaclo dijo...

Maribel:
Gracias por tu visita y por tus siempre gratas palabras.
Saludos

Jaclo dijo...

Sonia:
Siempre eres bienvenida a este blog.
Un saludo

Sol no Coração dijo...

Olá,venho agradecer a visita e conhecer o teu espaço;0)Gostei da informação da festa do Carnaval.
Deixo-te um raio de Sol.

Jaclo dijo...

Lia:
Gracias por tu visita y sobre todo por tu rayo de sol.
Saludos

Nerina Thomas dijo...

Para mis recuerdos, siempre significaron alegría. Para casi todos. En mi ciudad años atrás eran importantes. Hoy ya no.
Un cariño y el post muy bueno

Jaclo dijo...

Nerina:
De nuevo, gracias.
Un saludo