A tí, desconocida.

No conozco ni tu forma
ni tampoco tu vestido.
Ni si todavía estas lejos
o llegas a tu destino.
No te temo y
no me importa tu llegada.
-Creo que es victoria
enfrentarse cara al día
hasta el final del camino-.
Cuando llegues y me abraces
para llevarme contigo,
yo te veré...
¡tan bonita!
que hasta tu helada sonrisa
me dará calor y abrigo.
Y al traspasar la puerta
hacia lo desconocido,
-ya ves, soy optimista-
empezaré nuevas cosas;
comienza un nuevo camino.

_______________

No hay comentarios: