El chirrido del contraste.


A veces, nos empeñamos
en un contrasentido manifiesto,
darle un aire moderno
a lo vetusto y entonces
se oye chirriar al tiempo...

En este techo venerable,
con unas vigas de pino de Flandes
que son casi una reliquia,
ha situado la incultura,
unas extrañas lámparas fluorescentes.

Creaban, ciertamente un espacio
muy bien iluminado
las burbujas de cristal,
rellenas de un gas llamado noble que
sin embargo oscurecían
la nobleza de la madera añosa...

Y allí, ahora, se oye chirriar el tiempo,
con ese sonido de queja
que tiene el debil ante el poderoso.
Conocía su impotencia
y casi se resignaba a lo irremediable...
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2 comentarios:

parkerazul dijo...

Como siempre en estos tiempos. Justifican "el reciclado" con cosas que se dan de bofetadas. Seguro que había otras maneras de iluminar esa estancia, y si no pues que la hubieran dejado como estaba.
Pero no. Hay que aprovechar todo y por las cosas pequeñas se pierden las importantes.
Me he asomado aquí por curiosidad y me gusta lo que veo. Volveré, y no es una amenaza, te lo aseguro.
Un saludo

Jaclo dijo...

Gracias por tus palabras y por la prometida visita.
Saludos