Del llano al llano.

Al principio ni siquiera a gatas,
ni un mal ángulo llano.
Más tarde, cual agudo,
presto a subir la pendiente.
Pasa el tiempo y a plomada
sobre la costra terrestre,
siguen pasando los años
Y al obtuso te asemejas
raudo por la cuesta abajo.
Y cuando pasa más tiempo,
otra vez llano, pero ya perfecto
descansas sobre la madre Tierra,
despreocupado y libre
sin averiguar los grados de los ángulos.

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