El viejo reloj de pared, ha cumplido 106 años, desde que al parecer se montaran los múltiples resortes, ruedecillas dentadas, muelles, ballestines, contrapesos, etc que componen su maquinaria. He mirado sus agujas negras y su llamada esfera, que recorrida por aquellas, marca a intervalos iguales unas señalizaciones acompañadas de unos números que indican las horas. Su equilibrada maquina, cuenta también con una bien timbrada sonería, que marca las horas y las medias, mediante golpes de un martillo que con una especie de gamuza en su extremo, cae secamente sobre una espiral metálica, que sujeta por un extremo, vibra, creando la ilusión del sonido que podría producir una campana.
El acompasado movimiento de su péndulo hacia un lado y otro, produce en cada viaje que una rueda dentada afloje un paso, haciendo que poco a poco un mecanismo que tensa una espiral de acero, vaya descargando su tensión lentamente, hasta que aproximadamente ocho días después, hay que volver a tensar la espiral, mediante una llave que gira, apretando sobre su eje la antedicha espiral. Hay una que propicia el movimiento y otra independiente de ésta que almacena tensión para dar los golpes sonoros al llegar las horas y las medias horas.
Un simple cálculo, nos hace llegar a números muy elevados desde que el reloj comenzó su marcha.Así pués si en los 106 años, además hubo 26 bisiestos, el cómputo de días, sería de 38.716, que corresponderían a 929.184 horas, equivalentes a 55.751.040 minutos, que a su vez contendrían 3.345.062.400 segundos, o lo que sería lo mismo a haber emitido 1.672.531.200 Tic y otros tantos Tac.
Si ha precisado darle cuerda cada ocho días, se le ha dado un total de 4.840 veces y si en cada vez se han dado 7 vueltas a la espiral de las horas y otras tantas a la de la sonería, se han dado 33.880 vueltas de cuerda a cada una de ellas.
Basta para hacernos una idea de los números en este reloj, que la manecilla de las horas, habrá dado en este tiempo 77.432 vueltas a la esfera y la del minutero, 24 veces más, esto es 929.184.
Podríamos seguir calculando las veces que han marcado entre las dos, ángulos de 30º, 60º, 90º, etc, pero sería demasiado prolijo. Bástenos saber, que salvo pequeños ajustes, limpiezas y engrases, el viejo reloj, sigue marcando las horas con precisión, teniendo tan solo la precaución de que su péndulo esté en la vertical adecuada y su contrapeso, a la altura correcta. Por supuesto su caja de madera está perfectamente barnizada y sus someros adornos de cobre y latón, lucen como el primer día, porque -eso sí- cuando llegó a mí, estaba en perfecto estado y yo he procurado que lo siga estando.
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2 comentarios:
Se percibe, sin duda, un gran amor por ese reloj. Que precisión, cuanto detalle.
Amigo Jaclo sigue cuidando ese reloj, y sobre todo, no dejes de escribir. lo haces genial.
Saludos
Alejandra
Gracias, Alejandra.
Espero sigas visitando el blog y nuevamente lo encuentres grato.
Saludos
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