La oscuridad de la noche,
ávida
de cualquier punto luminoso
enseña a lo lejos
una silueta iluminada.
Y aquí, mucho más cerca
sobre el río,
reflejos dispersos
trazan una recta
que la corriente del agua,
en silencio, convierte en muchas
que se entrecruzan,
como luciérnagas
sobre el también oscuro río
en el que parece que hasta
estuviera descansando el agua...
Y en la noche,
desde la baranda del puente
esa, en las que enamorados
cierran y cierran candados
tirando después las llaves,
como un símbolo de que se cierra
y no entrará nadie en la unión
sellada...
Desde esa baranda,
día a día
se ve pasar la corriente,
como pasó ayer, como pasa hoy
y como pasará mañana,
porque aunque no estemos
otros podrán ver el brillo
de la luz que brilla
reflejando a cada uno
como un espejo que no se empaña...
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