Divagando.

Esperando la hora de mi trén,
en una cafetería próxima a la estación,
resbalé la mirada en los que allí había
sentados en las mesas como yo.
Aunque exactamente nó,
porque no estaban solos.
El único solitario, yo.

Una pareja de jóvenes,
tomados de la mano
sonreían.
Para ellos no era necesario nadie;
¡bendita ilusión!
Junto a ellos, otra pareja.
Él hablando. Ella con media sonrisa,
pero en la mirada,
un mudo "eso ya lo escuché yo".

Dos mesas más allá;
él, hablando por un móvil,
ella también con otro.
Sus gestos decían todo.
Por supuesto entre ellos, corrección.

Algo más lejos, otra pareja.
Ella arrobada. Él parecía profesor.
Por último, una señora desenvuelta
algo mayor, junto a un jovenzuelo
que la miraba con algo que podría ser
amor.

Me levanté porque distraido
casi había pasado mi hora
y pensé si los habría colocado
en orden de prelación.

Quizá fueran los mismos
en distintos días
en distintos tiempos
o quizá solo los había imaginado
y ni existían mas que en el pensamiento
de un solitario aburrido
que esperaba un trén
junto a una estación...

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