Una mirada...

Una mirada, a veces son muchas

y en ella se encierran

ideas y figuras que a tí solo pertenecen,

que en pocas ocasiones comunicas,

porque piensas que no te entenderían...

¿Cómo podría transmitir en mi realidad

subjetiva,

lo que el viejo corredor cubierto

del antiquísimo patio me sugiere?

¿Cómo puedo comunicar en palabras

que a la curvada viga en pino de Flandes,

que ha soportado tormentas a la intemperie,

la rejuvenece una planta silvestre

que día a día, estropea con sus raicillas penetrantes,

los apoyos centenarios en la vetusta pared

revocada una y mil veces con cal blanca?

¿Cómo entonces, tras establecer el paralelo,

que quizá lo que más nos agrada

es lo que casi siempre nos acorta la vida,

admitir sin sobresaltos que lo más simple

es lo que nos facilita lecciones de importancia?

Sencillamente, con humildad, pienso

que si al mirar estás dispuesto a ver,

una mirada es lo más valioso

de lo que disponer puedes...

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