Y la vieja madera cuarteada,
desprotegida de pintura
y a la humedad expuesta,
siente con impotencia
su abandono,
pero mientras tenga fuerzas, formará parte
de algo, que protege
a alguien, que para ella
no tiene la mínima deferencia.
Y ve pasar los meses
y los años por decenas se cuentan
desde que aquella puerta
renovada con cariño,
sobre engrasadas bisagras,
se deslizaba sin empujar apenas...
Hoy en cambio, sus labrados,
aquellos en los que invirtieron horas
tallistas de importancia,
ven sin poder hacer nada
como se desencolan y
la humedad les penetra,
transformándolos
de ser parte de una puerta antigua
a ser simplemente
labrados en madera de una
puerta decrépita...
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2 comentarios:
Hola Jaclo, de nuevo en tu blog. He estado algo liada últimamente, pero pronto me pongo al día.
La puerta, esa que refleja signos de que nadie repara en ella, pero sabes? ella (la puerta)está ahí para seguir luchando y poder hacer su misión.
Un saludo
Gracias por tu visita.
Saludos.
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