La altivez, se la lleva el tiempo.
Pasan los años,
pasan las décadas,
incluso los siglos se ven en la lejanía,
cuando por la erosión del viento y el agua
hasta las piedras se cuartean...
Y aquel orgullo viejo,
cincelado en los blasones,
recordando un hecho notable
consignado en la historia,
quizá una acción heroica,
tal vez un imposible logrado,
es lo único que queda...
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2 comentarios:
Es una mirada orgullosa en nuestros monumentos y sentirse fuerte, de pie, son los que dan testimonio de gran parte de nuestra historia.
hermoso poema, el sentimiento patriótico aquí para hablar más fuerte!
Besos,
Ana Martins
Gracias por tus comentarios, Ana.
Un saludo.
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