Washington Irving



Paseando por el Barrio de Santa Cruz de Sevilla, se pueden observar numerosos monumentos, vestigios arqueológicos, calles recónditas, plantas que perfuman el ambiente y rincones de una belleza única, pero también, rótulos, placas, nombres evocadores y un sin fín de indicios o datos para seguir más extensamente cualquier tema relacionado con la Historia o el Arte.
En una calle, que está delimitada en una de sus lados por la muralla del Alcázar, pueden admirarse; desde vestigios de una conducción de agua potable del siglo VIII, hasta árboles muy añosos, a torreones que evocan multitud de leyendas o placas en mármol o bronce, alusivas a personas diversas. Una de éstas nos recuerda la figura del ilustre norteamericano Washington Irving. Este polifacético escritor, nacido el 3 de abril de 1789, estudió Derecho, dedicándose posteriormente a diversas ocupaciones, como comerciante, escritor romántico, viajero incansable, político y diplomático. Enamorado de España, en la que llegó a ser durante varios años Embajador de su pais en el nuestro, escribió numerosos libros sobre temas españoles; entre ellos: Vida y viajes de Cristobal Colón, Crónicas de la Conquista de Granada, Viajes y descubrimientos de los compañeros de Colón y como más divulgada: Los Cuentos de la Alhambra, obra en la que dibuja unas leyendas en aquél lugar mágico, contribuyendo a crear la romántica idea de un pais, que otros viajeros habían empezado a popularizar por sus costumbres y tipismo. Fue uno de los pocos privilegiados en poder alojarse en unas estancias de la Alhambra de Granada, junto al llamado Peinador de la Reina, lugar en el que existe otra placa, que recuerda su estancia allí.
Hay un pasaje en la vida de Washinton Irving, quizá poco conocido. Se trata de que habiendo perdido en su juventud a su prometida Matilda Hoffmann, que falleció a los 17 años, permaneció soltero toda su vida, si bien mantuvo una relación siendo ya mayor, con la también escritora Mary Selley al quedar ésta viuda.
Falleció el 18 de noviembre de 1859 y la ciudad de Sevilla, decidió recordar su amor a España en una placa de bronce realizada por el genial escultor valenciano, Mariano Benlliure.
______________

2 comentarios:

Arantza G. dijo...

Siempre aprendo cuando paso por aquí.
Es un lujo de blog. Exquisito.
Un beso profesor.

Jaclo dijo...

Arantza, muchas gracias. Por tu visita y por las inmerecidas alabanzas.
Saludos