Llega Octubre con sus días más cortos
en horas de luz, caminando
cada vez más próximos al cercano invierno,
pero ahora, durante unas semanas,
nos invita a disfrutar de su templado ambiente
y de sus noches de grato frescor
tras el duro y largo verano casi eterno.
Ya las hojas van cubriendo el suelo
de los parques, sin respetar los límites
de los caminos ni de los arriates...
La atmósfera limpia después
de la lluvia recien estrenada,
que trajo la breve tormenta,
nos invita a respirar, notando a veces
el olor penetrante del ozono liberado,
por el ataque eléctrico al oxígeno...
Llega octubre y entre los indómitos
pensamientos surgidos de los recuerdos,
aparecerá la olla agujereada, con su fondo
manchado en blanco por la sal quemada,
de la castañera, que un año más revive
de su letargo, marcando su pequeño espacio
con su humo oloroso y humilde...
Y quizá por analogía de nombre,
otra vez recordemos a Sampedro
y cómo Monique sigue abandonando a Luis...
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