En la noche, la sombra de las luces
amarillentas,
da una apariencia distinta a las columnas
y las cadenas que aquellas sostienen,
parecen; más sólidas,
más pesadas, haciéndote sentir
con su peso, la lejana libertad...
Y sin embargo,
contempladas de día, parece
hasta que carecieran de sombra
y casi difuminan sus pesados hierros
el color del óxido, que el roce
de un niño al columpiarse en ellas,
parece que les transmitiera...
Frío, frío metal
duro, que chirria al rozar
unos eslabones con otros,
que al contacto con la vida a borbotones
de la infancia, pareciera suavizarse
y querer apuntar un atisbo
de blandura y afecto...
Y en la espera húmeda de la noche,
sinte frío como si fuera humana
su soledad...
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2 comentarios:
Sin palabras. No puedo decir nada. Me dejas boquiabierta.
No sé si las cadenas aquí son libertad o no. Pero tu comentario me deja muda del todo.
Siempre gracias por dejarnos ver tu sensibilidad.
Parkerazul: ¿Qué tal las vacaciones?
Gracias por tus comentarios.
Saludos
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