Blanco, verde, azul...


En la angosta calle,
en sombra proyectada por el sol,
se perfilan los elementos que componen
este sencillo y bello rincón.

La angostura, precisamente,
en vez de limitar la mirada
parece proyectarla aún más lejos
y las ideas, se quedan casi sin medida
y casi sin control...

La belleza de los jazmines, resalta
con el blanco intenso de su breve flor,
sobre un verde,
que a su vez contrasta una vez más,
con las paredes encaladas
del albo y limpio callejón.

Y más arriba, esperando confiadamente
a nuestros ojos
fatigados por la belleza,
nos espera el azul intenso
en el que se desborda la imaginación...
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2 comentarios:

Nerina Thomas dijo...

Toda belleza tu poesía. No veo la hora de visitar esas calles y ver lo que descubres y plasmas.
un cariño amigo!!

Jaclo dijo...

Nerina:
Me alegra tu nueva visita al blog.
Hace unos días, escribí sobre tu paisana Mercedes Sosa. ¿Lo leiste?
Saludos