Cartel evocador.


En la pared de un bar de no sé donde
y anunciando por unos Euros, no recuerdo qué,
observé un cartel enmarcado
con casi setenta años desde que se imprimió...

Un poco kicht, hay que reconocerlo, pero
¿donde estará quien lo pintó?
¿Dónde las modelos que sirvieron
para su rerpresentación?

Una ella, vestido de negro, con rosario y mantilla,
llena de devoción y justo al lado,
esperando el relevo, los faralaes,
de otra ella, con la cabeza en la feria y su diversión...

Dualidad del ser humano;
dias de penitencia, ayuno, mortificación,
que después vendrá la feria,
con sus casetas, su manzanilla, su baile,
sus tiovivos y sus besos robados o consentidos
entre dos sevillanas, entre airosos volantes
y sonrisas que prometen paraisos en la imaginación...

¡Ay, donde estarán todos aquellos
que participaron como si no vinieran otros
que volverían a los mismos lugares
años después en una igual o parecida ocasión...!

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