No es la primera vez que escribo unas lineas sobre el Rey-Poeta de la Taifa sevillana. Dentro de unos días, (concretamente el próximo día 7), se complirán 918 años de la salida para el destierro de este rey, que dijo preferir "ser camellero del rey de Marruecos a feudatario del de Castilla". No suponía evidentemente que las circunstancias cuando Abu Baker Ibn Amar, su antiguo preceptor en Silves y luego Visir, logró pactar la primera vez con Alfonso VI de Castilla, que pasando el tiempo, aquél le traicionaría y él lo mataraía por su propia mano. Tampoco que sus aliados los Almorávides, con Yusuf ben Tafschin le destronarían, enviándolo a Marruecos en la más penosa esclavitud y pobreza. Eran todavía días de esplendor y cultura, rodeado de poetas como Ibn Hazm (autor de "el collar de la paloma"), sobre el amor Udrí y sabios en la Corte, que vivía tiempos de paz y placeres. Días que no habrían sido en la época de su padre y antecesor Almutadid, a pesar de que éste también contaba con la presencia del excelso poeta y estadista cordobés Ibn Zaydun.
Al Mutamid, esposo de Rumaykiya -también poetisa- a pesar de su humilde origen (era esclava de un alfar), de la que se prendó un día paseando por el Guadalquivir, en que junto a Ibn Amar, hablaban de unos versos que no terminaban y Rumaikiya lo hizo. A partir de ahí, el rey la desposó, llamándola Itimad y "la Señora", pasando a la leyenda por la fidelidad que demostró a su príncipe en la desgracia.
Al Mutamid, en su grandeza, escribió numerosos versos, con claves para entenderse en los que comparaba a la mujer con astros celestes además de otros en los que ensalza el vino y los placeres, a pesar de la prohibición coránica de beber alcohol. En su desgracia, escribió también haciendo volar su imaginación a sus días de gloria y a sus encantados palacios de Sevilla, entre los que se encuentra el Alcázar.
En su gloria, escribía:
"Apareció exhalando aromas de sándalo,
al doblar la cintura por el esbelto talle.
¡Cuántas veces me sirvió aquella oscura noche,
en el agua cristalizada, rosas líquidas!"
En su destierro de Agmat:
"Hoy soy rehén de la pobreza,
apresado con las alas rotas"
Este Rey-Poeta, que vivió y dejó escritos versos que siglos después siguen pareciendo nuevos, porque describen pasiones humanas, tiene una tumba en Agmat, no lejos de Marrakech en la que reposa desde el año 1095. Había nacido en el 1040. Tenía pues, 45 años cuando murió, desterrado, triste y evocando a Sevilla, aunque acompañado de su fiel Itimad.
En los jardines del Alcázar, de ese Alcázar en el que vivió días de felicidad, se encuentra esa columna que conmemora la fecha de su forzada marcha y el recuerdo de su vida legendaria.
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