Zaida.

Hay nombres que suenan al pronunciarse con una vibración, que te hacen pensar que quien lo llevó, tendría una personalidad especial. En la persona que pienso ahora, era una princesa musulmana que vivió en el siglo XI. Pudo haber sido la madre del rey de Castilla, si su hijo, siendo niño aún, no hubiera muerto en la batalla de los siete condes en Uclés.
Pero vayamos algo más despacio en este breve recuerdo. La época; turbulenta como pocas. Frente a los reyes de las Taifas que habían quedado tras la desmembración del Califato, se erguía cada vez más fuerte la figura del rey de León y Castilla, Alfonso VI. Este campeón que unificó los reinos tras la desdichada decisión de su padre de dividir lo que ya estaba unido, a fín de que todos sus hijos fueran reyes de algo. Poco a poco y tras guerrear con sus hermanos, logra unir de nuevo bajo su cetro, un reino que avanza contra los musulmanes. Es la época en que un joven noble, le exige un juramento en Burgos sobre su inocencia en el asesinato de su hermano Sancho. El caballero: Rodrígo Díaz de la villa de Vivar. Este joven, es después enviado a la corte de Al-Mutamid -el rey Poeta de Sevilla-, para cobrar tributos de vasallaje en nombre de Alfonso VI y estando allí, auxilia a éste contra unos musulmanes de Granada que unidos al entonces Conde de Barcelona y otros nobles aragoneses, atacan a Al-Mutamid, venciéndolos en las cercanías de Cabra, a cuyo regreso victorioso, ya le llamarán Sidi.
Pero no siempre, será así y la mudanza, de esos tiempos revueltos, llegará al Cid, a Al-Mutamid, a un hijo de éste -Al Mamún-, gobernador de Córdoba, donde es asesinado y a su esposa Zaida, que ante la incertidumbre, se refugia con sus hijos en Toledo, lugar en que es acogida por el rey Alfonso VI, antiguo amigo de Al-Mamún y de su padre Al-Mutamid. El rey Alfonso VI, de unos cincuenta años, casado ya en varias ocasiones, queda deslumbrado por la juventud, belleza y cultura de la princesa viuda musulmana de unos veinticinco años, con la que inicia una relación que no terminará hasta el fallecimiento del rey en el año 1109.
Fruto de esta relación, hacia el año 1094, nacerá el único hijo varón que tuvo el rey de todas sus esposas y relaciones -que fueron numerosas: Inés de Aquitania, Constanza de Borgoña, Berta de Borgoña, Beatriz...- por lo que se le considera al príncipe, heredero desde el primer momento a la Corona. Su madre Zaida, abraza el cristianismo con el nombre de Isabel. Unos autores dicen que contrajo matrimonio con el Rey y otros dicen que nó. Lo cierto es que el príncipe llamado Sancho Alfónsez llamado a reinar, muere luchando valerosamente a pesar de su juventud contra los Almorávides de Yusuf Ibn Tafchin en Uclés en el año 1108. Un año después, muere su padre el rey. Zaida-Isabel, Alfonso VI y Sancho Alfónsez, están enterrados en el Monasterio de Sahagún.
El rey poeta Al-Mutamid, que había llamado en su auxilio contra el poder cada vez más oprimente de Alfonso VI a los Almorávides, es derrocado por estos y enviado junto a sus hijas y esposa -Itimad-, al destierro de Agmat, donde muere. El llamado Sidi, hará numerosos hechos importantes, conquistando Valencia aunque después morirá en ella y el ir y venir de personas, batallas, traiciones, alianzas y pactos, seguirá en esos tiempos en los que Zaida, la inicialmente esposa de un gobernador-rey musulmán, estuvo a punto de ser la madre de un rey de Castilla y León...
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4 comentarios:

Sonia Schmorantz dijo...

É uma linda história!
abraço e ótimo domingo

Jaclo dijo...

Sonia:
Historia, pero real...
Saludos

parkerazul dijo...

La historia contigo es fácil de asimilar.
Había leído sobre esa historia, pero no tenía nada claro lo de que Zaida fuera la madre del heredero.
Con profes como tu, seguro que los chavales no harían tanto caso a las maquinitas.
Hacer un cuento entretenido de una parte de la historia es todo un arte que te acompaña.

Gracias de nuevo.

Jaclo dijo...

Las gracias, a tí por tu visita y tus gratos comentarios.
Saludos