De entrada, creo que no existe arte mínimo. Cualquier manifestación artística, es máxima porque expresa de una manera u otra, una forma de representar una idea, un sentimiento, una impresión o cualquier otra abstración que se plasma de la manera que la persona que desea hacerlo, considera más idónea. Sin embargo hay concisas formas de manifestarse y en este caso es cuando podríamos denominar el resultado, como mínimo o pequeño.
Este candado, que es uno de los numerosos que se encuentran cerrados en las barandillas del Puente de Triana en Sevilla, podría corresponder al llamado arte conciso o mínimo. En él, podemos observar unos trazos rápidos, que nos sugieren los arcos califales bicolores, inconfundibles de la Mezquita de Córdoba. El autor, ha sabido transmitir con unas sencillas lineas a rotulador, un ambiente ya sea para él, familiar, afectivo o simplemente nostálgico. Por si fuera poco, está colocado en la barandilla que mira hacia el nordeste, por lo que además parece que desea indicar que sus pensamientos en ese momento, se encaminaban hacia aquella ciudad. Sea quien fuere el desconocido autor, no puede haber expresado con menos trazos una idea más clara.
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