Dos de la tarde en Córdoba.
En una cafetería de moda,
lleno el mostrador
de una fauna que lo puebla,
mostrando insatisfacción.
Vivos esclavos de cosas
luciendo rótulos en boga:
Domínguez, o el pequeño cocodrilo,
como si fueran una condecoración...
Vi un Cartier presuntuoso
y hasta puede que hubiera algún Dior
-por supuesto falsificado-, pienso yo.
El aire casi envenenado por tanta loción
y cremas diferentes y Carolina Herrera
impregnando el espacio no muy grande
con su penetrante olor...
Una pobre anciana mendigaba,
revistiendo dignamente su pobreza,
tratando de vender unos muñecos
entre la indiferencia o el desprecio
en la mirada de aquella gente
que demostraba sin avergonzarse
su mezquina incomprensión...
Llegó hasta mí la anciana.
Le pregunté el precio de los muñecos
y cuando me lo dijo, le compré dos.
Después, al estar cerca de la puerta,
la acompañé hasta ella y abriéndola
le deseé suerte y volví al mostrador.
Su sonrisa no tenía precio...
¡Ay si yo entonces hubiera sido Dios..!
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4 comentarios:
Jaclo Dios sólo presta atención a las cosas importantes.
Eso que cuentas no debe serlo para el.
Lo sé desde hace tiempo. Fíjate tu que hasta me le imagino con un cocodrilo de esos y con una fragancia empalagosa.
Yo también abriría la puerta. Como no soy Dios, me lo puedo permitir.
Un saludo.
No seas irónica. Puedes pensar lo que quieras, pero ¿cómo sabes lo que afirmas?
Saludos
No lo sé con certeza. Es lo que siento y con motivos sobrados, te lo aseguro.
Ya sé que otras personas pueden sentir de otra manera, con motivos o sin ellos.
Perdona Jaclo, no pretendo ser irónica. Es más bien estado de ánimo.
No he querido molestar, lo siento de verdad si te he ofendido.
Parkerazul, no me ofendiste en absoluto. Simplemente te comentaba que es dificil estar seguro de algunos temas y creí entender en la primera de tus frases, una afirmación categórica. Por supuesto, pienso que cada uno puede pensar lo que crea conveniente y logicamente expresarlo.
No hay que disculparse nunca por expresar lo que se cree.
Saludos.
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