Bajo el arco de medio punto.
Saliendo la mirada de la protección
de la bóveda que el arco delimita,
me llega la armonía
aparentemente imposible
de los dispares elementos que diviso:
Palmeras, cipreses, naranjos,
capiteles y columnas diversos
y diferentes en sus formas y sentidos.
Muros islámicos de la Mezquita
que encierran azulejos bizantinos
de brillo que habla a los sentidos,
junto a una catedral renacentista
y cristiana...
Y fustes y columnas desiguales,
sosteniendo techumbres
de madera tallada
sobre arcos bicolores
que otra vez representan
palmeras en oasis conocidos
en el arenal sin esperanzas...
Y es tan armónico todo,
que hasta el sol hace pareja
con la sombra y dando descanso
a la mirada, mientras la cabeza
imagina historias del pasado
que pasaron y a pesar de ser recreadas
por instantes, son pasadas...
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2 comentarios:
Jacio, qué feliz descubrimiento el de este blog tuyo. Me gusta la poesía, pero sobre todo me gustan las historias de antes, esas que cuentas. Muchas gracias por dejar un comentario en mi blog. Un abrazo.
Gracias por tu visita, así como por tus amables palabras.
Vuelve cuando quieras. Serás bien recibida.
Saludos
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