A veces, cuando me miran tus ojos,
cuando desde el fondo de ellos,
aprecio su ternura y
la belleza ilusionada
de quien tiene casi todo por descubrir,
me siento incapaz de mostrarte
toda la maravilla de la vida,
sin temores,
solo con esperanzas,
como un libro blanco en el que hay que escribir,
equivocándose,
para aprender...
Y entonces, solo entonces,
sobreponiéndome,
me haces sentir
un optimismo nuevo, al oirte
pronunciar confiadamente
sólo tres sílabas:
abuelo...
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3 comentarios:
Qué bonito, Jaclo, cuántos sentimientos concentrados en esa última estrofa. Te felicito.
Gracias.
Un saludo
Me gusta!
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